Mago, clausura Feten con «Sonrisas y magia»

Gijón, María IGLESIAS

Gracias a un libro, a los 14 años supo que lo suyo era cosa de magia. Mag Lari, conocido por su faceta de humorista y mago, colgó el título de Filología Catalana nada más terminar la carrera para dedicarse profesionalmente a la magia. Rostro habitual del programa «Buenafuente», Josep María Lari, que acude por cuarta vez a Feten, será el encargado de clausurar hoy la Feria de Teatro para Niños con su espectáculo «Sonrisas y magia».

-¿El espectáculo «Sonrisas y magia» define su trabajo?

-«Sonrisas y magia» es un espectáculo de magia que puede ser más cosas. Es más clásico, más típico de Mag Lari, donde se potencia la participación con el público. No me importa que me llamen showman porque creo que es un espectáculo global donde la magia es el hilo conductor, pero hay más.

-¿Es más que magia?

-Me doy cuenta de que hago mucho de showman, no sólo con la participación directa del público sobre el escenario, sino que también me acerco al patio de butacas, me gusta hacer partícipe al público suban o no al escenario. Soy un poco como la antigua vedette.

-Dice que no le importa que le llamen showman. ¿Cuánto tiene de mago y cuánto de humorista?

-Soy mago, pero decir que hago un espectáculo de magia se queda corto, es una definición escasa. Hay que añadirle los factores de humor y de participación, y de que no sólo soy mago, sino que soy un showman. Ésa es una etiqueta que no sólo no me molesta, sino que me hace grande.

-En Feten ha hecho un espectáculo para adultos y hoy lo hará para niños, ¿cuál es la diferencia entre ambos?

-No la tengo clara. Intento hacer espectáculos para toda la familia y no me freno en nada. Intento que la calidad sea buena, y tratar a los niños como adultos, con el único requisito de que debes evitar el mal gusto, tiene que ser todo exquisito. Procuro esto, que no me cuesta esfuerzo, y noto que los niños se lo pasan bien y están enganchados.

-¿Es necesaria la risa para hacer magia?

-No. Hay muchos tipos de magia y cada uno la cultiva según su prioridad o facilidad. A mí me va muy bien con la magia cómica, pero hay magos muy serios No concibo hacer magia sin hacer reír a la gente.

-¿La idea de mago clásico ha evolucionado?

-Actualmente somos ocho personas en la compañía. La magia de un señor solo con su maleta dando vueltas por todo el mundo ya está pasada de moda. Nosotros nos dedicamos a la magia como espectáculo.

-En sus espectáculos le da tanta prioridad a la puesta en escena como al truco.

-Sí. Me gusta mucho jugar con el diseño de luces o con la música. Son como capas, que si todas van acordes hacen que el espectáculo brille.

-¿En qué momento abandonó la Filología Catalana?

-Me regalaron un libro de magia con 14 años y dije: «Yo quiero ser mago, ya», pero la familia me obligo a estudiar una carrera. Hice Filología Catalana, pero nunca me planteé ser filólogo. Mientras estudiaba la carrera, me contrataron por las noches en un teatro de Barcelona y ahí empezó todo.