Oviedo, Eduardo GARCÍA

Más de cuatrocientas alegaciones de los sindicatos de la enseñanza al plan de plantillas docentes para el próximo curso se fueron ayer directamente al cesto de los papeles en la reunión de la Mesa Sectorial de Educación. Un nuevo capítulo de la enorme -y creciente- brecha entre la Administración y el profesorado. La plantilla docente para 2010-11 se queda en 9.287 personas, 61 puestos menos que en el curso pasado. El enfado general de los sindicatos, incluido FETE-UGT, fue mayúsculo. «Paripé», «tomadura de pelo», «intolerable» son algunos de los comentarios de los integrantes de esa Mesa Sectorial que se cerró ayer en falso.

Una sola de las alegaciones fue aceptada por los representantes de la Administración. Como anécdota, se concreta: un profesor de Educación Física en el IES Virgen de La Luz, en Avilés. Lo demás, negativa a ultranza salvo en un segundo caso que será reconsiderado. ANPE, UGT, SUATEA y Comisiones Obreras habían salido de la primera de las reuniones, anteayer, con la mosca tras la oreja. El desenlace, horas más tarde, no pudo ser más negativo. En este curso la red pública asturiana acogió a casi dos mil alumnos más. La matriculación sube por tercer año consecutivo y todo indica que se mantendrá al alza, pero las plazas de profesores disminuyen. La cosa no es fácil de casar porque aumentan los alumnos en Infantil y Primaria pero bajan en la ESO (-453) y Bachillerato (-219).

La negociación de la plantilla docente es el documento a partir del cual se calcula el concurso de traslados y la oferta pública de empleo en la enseñanza asturiana. Todos los sindicatos lamentaron que la Administración lime puestos de trabajo en áreas tan sensibles como la Orientación Educativa.

«El Consejero se comprometió a no reducir una sola plaza de Orientación mientras no estuviera aprobado el nuevo modelo. Ya ni siquiera se respeta la palabra de Riopedre», señalaba ayer la presidenta de la Junta de Personal Docente, Beatriz Quirós.

«En realidad no hubo negociación, nos tomaron el pelo y con este plan de plantillas la calidad educativa se va a resentir», dice Pepe Rubio, vicepresidente de ANPE. «Hemos vivido un diálogo de sordos, nunca habíamos vivido algo tan drástico, fue penoso», añadía Luis Fernández León, de Comisiones Obreras. El cabreo -y mucho- también cogía de lleno a UGT, cuya secretaria de enseñanza, Maxi Fernández, lamentaba que «con esta política educativa no vamos a ninguna parte. Al menos aspirábamos a que se mantuvieran los puestos de trabajo. La enseñanza pública asturiana se va a quedar con veinte profesores menos de Orientación, es algo grave».

La reunión de ayer empezó mal. En la Mesa Sectorial de Educación el cargo más representativo de la Consejería era un jefe de servicio, cuestión que los sindicatos calificaron de poco elegante. Estuvo ausente el director general de Personal, Alberto Muñoz, quien, sin embargo, sí había participado en la reunión del día anterior.

La Mesa estaba presidida por el director general de la Función Pública, Daniel Rodríguez. La plantilla docente, que queda prácticamente como había diseñado la Administración regional asturiana, tendrá que ser aprobada ahora por el Consejo de Gobierno -puro trámite- y publicada posteriormente en el BOPA.