Madrid

El actor valenciano Antonio Ozores falleció ayer en Madrid, a los 81 años, tras una carrera marcada por títulos como «Viaje de novios» y «Torero por alegrías», basados en una fórmula cómica que defendió hasta hace días en el teatro Arlequín de Madrid con «El último que apague al luz». Antonio Ozores era además miembro de un clan de artistas de la comedia española. Era hijo de los actores Mariano Ozores y Luisa Puchol, hermano del actor José Luis Ozores y del director de cine Mariano Ozores, tío de Adriana Ozores y padre de Emma Ozores, con la que compartió su última pieza teatral. Debutó como actor a los 8 años e hizo más de 160 películas y 200 obras de teatro, numerosas series de televisión y programas de radio que atesoran un patrimonio hilado por su peculiar forma de hablar que lo unió a nombres como Fernando Esteso, Andrés Pajares y Juanito Navarro. Apareció por primera vez en el cine en 1951, a las órdenes del maestro Edgar Neville, en su cinta «El último caballo», pero no fue hasta 1956 cuando comenzó a perfilar la que sería su imagen de marca: la de la comedia con aroma de sainete, basada en su humor gesticulante y su atropellada verborrea.

Los dos títulos de ese año fueron «Viaje de novios» y «Torero de alegrías». Eran tiempos en los que se rodaba con rapidez y eficiencia, como demuestra que en 1959 apareciera en «Quince bajo la lona», «Tenemos dieciocho años», «Los tramposos», «Los económicamente débiles» y «Salto mortal».

Ya en los sesenta, disfrutaría de su década dorada: «La pandilla de los once» (1961), «Su alteza la niña» (1962), «Alegre juventud» (1963), «El turismo es un gran invento», entre otras. Después pasó al teatro un largo período. En 1982 volvió al cine con «El hijo del cura», dirigida por su hermano y en la que coincidió con Fernando Esteso, con el que volvería a trabajar, junto a Andrés Pajares, en «Agítese antes de usarla». Un año más tarde, Antonio Ozores debutó tras la cámaras con «Tres patas para un banco», en la que también se reservó un papel junto a Raúl Sender y Juanito Navarro. A mitad de la década de los ochenta, Ozores dio un paso más allá en su popularidad gracias a la pequeña pantalla, especialmente en el programa concurso de Televisión Española «Un, dos, tres». Y siguió abriéndose a colaboraciones con cómicos como Tip y Coll.

Durante los años noventa, siguió trabajando en títulos de cine como «El disparate nacional», bajo la dirección de su hermano Mariano Ozores, y siempre se mantuvo activo porque «siempre hará falta un señor mayor en una película».

Tanto personalidades del cine, la cultura como de la política mostraron su sentimiento. José Luis Rodríguez Zapatero indicó: «Estoy seguro de que muchos españoles sienten hoy su pérdida y ése, al igual que los aplausos que cosechó a lo largo de su carrera, es el mayor reconocimiento que puede recibir cualquier profesional de la escena». También el alcalde de Madrid, Ruiz-Gallardón que dijo que es «una triste noticia la muerte de un hombre muy admirado». La ministra González-Sinde apuntó: «Desaparece uno de los principales exponentes de la comedia». La actriz Pilar Bardem dijo que «inventó un lenguaje», mientras que Concha Velasco pidió un «homenaje de la cultura española». Luis del Olmo, con quien Ozores colaboró en «Protagonistas», lo definió como «uno de los últimos colosos de la sonrisa». Finalmente, José Sacristán destacó su «ingenio» y «talento» para la comedia. «Improvisaba sobre la marcha, era bárbaro», sentenció.