Sevilla, Agencias

El Juzgado de familia n.º 7 de Sevilla ha otorgado a una pareja divorciada la custodia compartida de sus dos hijos, de 12 y 10 años, acordando que los progenitores se turnen en el uso del domicilio familiar de manera que la mujer permanezca en la vivienda hasta el final del próximo curso, abandonándola luego para que se instale en ella el padre, y así hasta que los hijos sean mayores.

El juez Francisco Serrano considera que «no cabe atribuir de forma exclusiva ese uso (el de la vivienda familiar) a ninguno de los dos progenitores, pues ambos asumirán y compartirán el cuidado habitual de sus hijos», así que ambos se servirán de ese domicilio «hasta que se produzca la liquidación efectiva de la sociedad de gananciales y ese inmueble, integrado en el activo, se venda o adjudique a uno de los copropietarios».

«Ese uso y disposición, en defecto de acuerdo, se distribuirá por cursos escolares hasta que se venda o adjudique el inmueble», recoge la sentencia. Y para empezar, el padre «deberá retirar sus efectos y enseres personales», al objeto de que su ex pareja pueda ocupar el domicilio familiar hasta el final del próximo curso.