Oviedo, Elena FDEZ. -PELLO

El último informe PISA ha puesto en evidencia la arrolladora potencia de Oriente en materia de educación. En China, Corea del Sur, Singapur y Japón viven los niños y adolescentes mejor preparados del mundo, en apretada competencia con los de Finlandia, Canadá, Australia, Países Bajos o los de pequeños estados como Liechtenstein o Estonia. El éxito de los escolares orientales radica en su acendrada laboriosidad y su afán de promoción, cualidades que se extienden a toda la sociedad y que se traducen en una competencia feroz, ya desde muy pequeños. A todo ello hay que sumarle el respeto, podría hablarse incluso de veneración, con la que esas sociedades tratan a sus maestros.

En Corea los alumnos prolongan sus jornadas de estudio, que empiezan bien temprano, hasta las once de la noche, acuden uniformados a clase y en el aula son trabajadores y atentos.

El profesor de la Universidad de Oviedo Santos González, vicepresidente de la Sociedad Española de Matemáticas, mantiene un estrecho contacto con la Sociedad Matemática de aquel país, que ha visitado en varias ocasiones. González habla de «un promedio diario de diez horas de estudio», incluidos los sábados por la mañana. «Tienen una gran dedicación, sin reservas», comenta.

Los coreanos, explica, «son conscientes de que están progresando por la educación, que esa es la forma de salir de la miseria», y eso se aplica tanto a nivel individual como estatal. «Se está haciendo un gran esfuerzo en formación matemática», cuenta el profesor, y no por casualidad. «Desde ahí es fácil dar el salto a la producción de Software, a los grandes centros de producción, incluso a Estados Unidos», cuenta. En 2014 Corea acogerá el Congreso internacional de Matemáticas y sus autoridades están volcadas en su organización.