Oviedo, E. G.

Entre andanada y andanada, la presentación de una joya bibliográfica como es la edición facsimilar de la «Biblia de Danila» quedó envuelta en cierta tibieza mediática. Se trata de un códice del siglo IX copiado por un escriba llamado Danila, al que los investigadores sitúan en el Reino de Asturias, muy probablemente en Oviedo, que quizá trabajaría por encargo del rey Alfonso II el Casto, el iniciador del Camino de Santiago.

El original se conserva en la biblioteca de la abadía benedictina de la Cava dei Tirreni, en Nápoles. El estudio bibliográfico tiene tres firmas: Alfonso García Leal, José Antonio Valdés Gallego y el italiano Paolo Cherubini, catedrático de Paleografía Latina de la Escuela Vaticana de Paleografía Diplomática, quien calificó la «Biblia de Danila» de «espléndido manuscrito de enorme importancia» y ha pedido que esta edición «dé impulso y nuevas fuerzas» a más estudios sobre esta Biblia cuya historia fue explicada por Cherubini.

La Biblia apareció a principios del siglo XII en la Italia del Sur. Fue llevada allí con toda probabilidad por el antipapa Mauricio Burdino, que durante un muy breve período, bajo el nombre de Gregorio VIII, fue el pontífice del partido imperial contra el legítimo pontífice Calixto II. Es una obra que ha tenido «muy difícil acceso para los investigadores españoles», según afirmó Areces en la presentación.