Oviedo,

Félix VALLINA

Las mujeres que se hayan operado los pechos en Asturias en los últimos años pueden estar tranquilas. Al menos eso es lo que sostienen los cirujanos plásticos y estéticos consultados por este diario, que aseguran no haber colocado a sus pacientes ni un sólo implante mamario de la marca francesa Poly Implant Prothèse (PIP), retirados del mercado debido a la presencia en muchos de ellos de silicona industrial no apta para el uso médico y pasto de la polémica desde el pasado mes de diciembre al haberse registrado varios casos de cáncer en pacientes portadoras. Los cirujanos asturianos mantienen que las citadas prótesis no se han utilizado nunca ni en los distintos hospitales públicos -generalmente en operaciones de reconstrucción tras procesos oncológicos- ni en las clínicas privadas de cirugía estética. Además, en las delegaciones regionales de la Asociación contra el Cáncer, donde acuden muchas mujeres que se han sometido a mastectomías, «tampoco se ha registrado ningún caso», explicó uno de los responsables de la entidad en Gijón.

Los profesionales del ramo en Asturias aseguran que las zonas de España más afectadas son el Mediterráneo y Madrid y que el ochenta por ciento de los implantes de la firma francesa -entre 10.000 y 12.000 en todo el país según los médicos especialistas- se han colocado en clínicas privadas de cirugía estética.

Aunque todos los consultados insisten en no haber utilizado las supuestas prótesis adulteradas, los centros especializados de la región reconocen haber recibido un aluvión de llamadas una vez desatada la polémica, que comenzó en Europa y ya se ha extendido a varios países de Sudamérica. «Por el momento no hay evidencias fiables que constaten que esas prótesis produzcan cáncer, pero me parece muy normal que las pacientes estén preocupadas después de todo lo que está saliendo a la luz», explicó el responsable de una clínica privada en Gijón que prefirió mantenerse en el anonimato. No en vano, aunque el uso de estas prótesis se suspendió en Francia y España en 2010, la nueva alarma saltó en diciembre debido a la aparición de ocho casos de cáncer entre las portadoras de las prótesis que, según los últimos datos aportados por la Agencia de Productos Sanitarios Franceses, son ya 20. No obstante, no se ha podido establecer una relación directa entre el uso de la prótesis y el cáncer.

La responsable del área de cirugía de Jove, Susana López, constata que en el hospital gijonés, como en el resto de los de la red sanitaria asturiana, tampoco se han utilizado las prótesis PIP, aunque defiende a los profesionales que lo hayan hecho en el resto de España. «A mí me da más tranquilidad poner prótesis de casas que llevan muchísimos años y que son empresas más fuertes, pero las de la marca francesa eran totalmente legales y avaladas por los responsables sanitarios de distintos países europeos, por lo que los profesionales que las hayan elegido estaban totalmente dentro de la legalidad», aseguró. Gobiernos como los de Francia, Alemania o Venezuela aconsejan la extracción preventiva de los implantes, mientras que España mantiene que es suficiente con realizar un seguimiento a las mujeres. La fiscalía de Valencia ha abierto diligencias de investigación penal para ver si hay hechos constitutivos de delito en la implantación de prótesis de mama de la marca francesa.