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«Si los actores actuales no saben doblar, que aprendan, todos lo hacían hasta los 80»

«Me encanta el doblaje porque mientras ruedas te centras en el actor, en su expresión, pero es poniendo la voz cuando redondeas el trabajo»

Director y productor asturiano, presentó su documental «Voces en imágenes» en el Festival de San Sebastián

Oviedo,

Claudia LORENZO RUBIERA

A la vez que un proyecto se cierra, otro se abre. El director y productor asturiano Alfonso S. Suárez vio cómo, hace dos semanas, su documental «Voces en imágenes» (2008), para el que entrevistó a más de cuarenta actores de doblaje de nuestro país, se proyectaba en el Festival de Cine de San Sebastián. La semana que viene se estrenará el nuevo videoclip de Bunbury, dirigido por Eva Gallego, producido por Suárez y rodado casi íntegramente en Asturias.

-¿Cómo surgió la colaboración con Bunbury?

-Eva Gallego, la directora del vídeo, escuchó el último álbum y se quedó con la canción «Pa llegar a tu lado», un tema lento, tranquilo. Después habló conmigo de la posibilidad de hacerlo y empezamos a trabajar desde nuestra productora, Verité. Le enviamos el proyecto que teníamos y también trabajos anteriores. Le gustó y? aquí estamos.

-¿Cómo se planteó el proyecto?

-La canción tiene tres estrofas, así que dedicamos cada una de ellas a una historia, una minipelícula, por decirlo de alguna manera. Son historias de ficción, rodadas en Oviedo, Gijón y, la parte con Bunbury, en Cádiz. Es que es un vídeo muy asturiano, la mayor parte del equipo técnico y del creativo es de aquí.

-Volvamos a «Voces en imágenes». Empezó su carrera festivalera hace años, en la Seminci de Valladolid. ¿Cómo ha acabado ahora en San Sebastián?

-Pues estaban haciendo una exposición sobre los procesos de doblaje y subtitulación, sobre todo sobre su técnica, y vieron unos extractos del documental que tengo colgados en internet y me pidieron permiso para incluirlos. Les dije que eso formaba parte de una película dedicada al tema y quisieron proyectarla. Es bonito cerrar la época de festivales en San Sebastián.

-¿Cómo surgió la idea del documental?

-Quería contar la historia del doblaje en España y que sus protagonistas fuesen los narradores. Hay mucha leyenda urbana sobre el doblaje, que si empezó con Franco, que si existía por proteccionismo. El doblaje empezó en la República. No sólo eso, sino que, hasta los años ochenta, todas las películas españolas se doblaban. ¡Buñuel dirigió doblajes! Todos los actores españoles se doblaban a sí mismos: Gracita Morales, Paco Martínez Soria?

-En San Sebastián Penélope Cruz, cuando se le preguntó si se doblaría a sí misma en «Venuto al mondo», declaró que la película para ella era una, y era en versión original.

-Yo creo que hay un caso en el que nunca se debería doblar, y es en aquellas películas en las que el juego con el idioma es parte de la trama, como en su caso en «Vicky Cristina Barcelona». Al doblarla, pierde sentido la película. Pero si eres un actor español trabajando en el extranjero, como ella o Javier Bardem, y sabes que en tu país te van a doblar, me parece una falta de respeto que no lo hagan ellos mismos. Si yo fuese actor me gustaría que en mi país escuchasen mi propia voz. Y si no saben doblar, pues que aprendan. Cualquier actor de doblaje al que le preguntes te dirá que lo primero para dedicarse a ello es ser actor. Digo yo que si todos los españoles lo hacían hasta los años ochenta, por qué no van a hacerlo éstos.

-Así no aprendemos inglés?

-La culpa de que no se sepa inglés en España no es del doblaje, es de la educación. El doblaje español, que tampoco es el mejor del mundo como alguna gente quiere hacer entender, es muy bueno. Pero porque llevamos décadas haciéndolo, como los italianos o los mexicanos.

-¿Qué opina del doblaje?

-Me encanta. En el rodaje te centras en el actor, en su expresión, en sus acciones, y ya luego te sientas en una sala de doblaje y empiezas a trabajar la voz. El mismo Berlanga doblaba y hasta cambiaba diálogos. El doblaje permite redondear el trabajo. Dicen que el cine tiene que ser natural, pero yo no lo creo. El cine es cine y deja de ser natural en el momento en el que alguien tiene una cámara a veinte centímetros de la cara.

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