Lo llevaba en el nombre y no lo sabía. Julio Antonio Vaquero, catedrático de Historia y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, se llama así por el líder revolucionario cubano Julio Antonio Mella, que en sólo unos años de juventud iluminó la izquierda radical latinoamericana. Vaquero acaba de escribir una biografía sobre Mella titulada "El ángel rebelde" para que sea de dominio público una figura muy destacada y escasamente conocida a este lado del Atlántico.
-Mella en dos palabras.
-Fue un gran revolucionario cubano. Nació en La Habana a principios del siglo pasado y murió asesinado en una calle de México por los esbirros de Gerardo Machado, el 10 de enero de 1929, cuando tenía sólo 25 años. En Cuba es uno de los iconos de la revolución castrista con Martí y el Che. Sin embargo, apenas es conocido en España y en Europa. En los noventa se puso de moda la figura de Tina Modotti, su pareja en los últimos años, y por ahí empezó a hablarse de él. El libro de Elena Poniatowska "Tinísima" habla de Julio Antonio Mella y puso en conocimiento su figura. Historiadores incluso de izquierdas ni siquiera lo conocen.
-En su caso...
-Mi padre fue emigrante en Cuba en los años veinte del siglo pasado. Era tranviario. Tenían un sindicato muy fuerte. Nunca supe por qué yo me llamaba Julio Antonio. Ya con mi padre anciano y enfermo, le pregunté a mi madre. "Fue cosa de tu padre", me dijo. Por fin me contó que era el nombre de Mella, un gran personaje que había conocido. Yo ya había estado varias veces en Cuba y sabía quién era, pero de forma superficial. Las biografías de Cuba son hagiográficas. Faltaba una biografía académica. Empecé a planearla. Y apareció un trabajo de la historiadora alemana Christine Hatzky que había dado en lo que yo planeaba. Entonces me orienté hacía una biografía de alta divulgación y de ahí salió "El ángel rebelde".
-¿Cuál es el verdadero interés de Mella?
-Mi tocayo Julio Antonio Mella es el gran teórico del antiimperialismo en América. Tras Mariátegui es el pensador marxista latinoamericano más destacado.
-¿Le dio tiempo?
-Es sorprendente, murió con 25 años, con una actividad revolucionaria intensísima y aún le dio tiempo a repensar a fondo el marxismo. Sabía inglés, leyó a los clásicos. Sobre todo a Lenin. Y creó una gran teoría del imperialismo.
-¿Leninista ortodoxo?
-Heterodoxo. Choca con el estalinismo y tiene muchos problemas en el Partido Comunista cubano. Y en el mexicano. Plantea un antiimperialismo adaptado a América.
-Filotrotskista.
-Ése es un punto clave. Le acusan de trotskista aunque no lo era. Quiere una unidad de acción entre obreros, campesinos, clases medias, estudiantes e intelectuales liberales. Un frente común para expulsar a los norteamericanos.
-¿Qué orígenes tenía?
-Hay un dato fundamental. Es hijo ilegítimo. Es hijo de Nicanor Mella, uno de los mejores sastres de La Habana, a su vez hijo de Ramón Mella, líder del independentismo en la República Dominicana. Nicanor Mella en Nueva York se une a Cecilia McPartland, irlandesa. Tienen dos hijos. Cecilia y los niños viven en La Habana cerca de Ramón. Julio Antonio quiere mucho a su padre, sufre por esa situación. Es rebelde, lo echan de varios colegios. Cecilia, la madre, regresa a EE UU enferma y no la vuelve a ver. Ramón, el padre, lo lleva a la casa familiar, donde padece la inquina de los hermanastros. En la entretienda de la sastrería se reúnen próceres locales. Oye mil historias que le llevan a convertirse en un revolucionario consciente. Se plantea luchar contra el imperialismo.
-¿Qué papel tuvo en la Universidad?
-Trata de echar a los malos profesores que venden los títulos. Crea la FEU, la Federación Estudiantil Universitaria. Aún existe. Funda "Alma Mater" y "Juventud". Tenía una gran oratoria. Triunfa su reforma universitaria. Pero el presidente Gerardo Machado la echa abajo.
-¿Qué relación tuvo con el Partido Comunista?
-En 1925 entra en el Partido Comunista cubano, recién fundado. No es que sea el fundador como a veces se dice. Les acusan de poner una bomba en el teatro Payret de La Habana. Va a la cárcel. Responde con una huelga de hambre. Toda Cuba presiona. Lo liberan. Teme que lo maten. Marcha a escondidas a México. El Partido Comunista cubano lo aparta por dos años por hacer la huelga de hambre. El líder cubano, que fue asesinado cuando tenía apenas 25 años, llegó a ser secretario general del Partido Comunista de México. Pistoleros enviados desde Cuba lo asesinaron en una encerrona callejera.
