El Concurso y Muestra de Folclore "Ciudad de Oviedo" celebró ayer en el teatro Filarmónica la tercera jornada semifinal, y, como dijo la presentadora, Esther Fonseca, ya son momentos del certamen en que los concursantes empiezan a sentir la presión. El siguiente paso es pasar a la final y no hay margen para los errores.

De ahí que las actuaciones de cada concursante en cada modalidad estén muy afinadas. Y así se vio ayer en varios casos de la tonada en sus tres secciones, donde participaban algunos concursantes con mucha experiencia en el certamen, y otros que empiezan a presentar su candidatura al título, al menos a estar en la final y en los puestos altos. En cuanto a la pareja de baile, ayer protagonizada por una con experiencia en esta escena, Conchi Bernardo y Florencio Moro, es una modalidad en constante evolución y en la que cada concursante perfecciona más la danza y puesta en escena.

Los gaiteros estuvieron representados por Javier Menéndez y Daniel Meré, jóvenes y en la línea de avance de técnica que viene ocurriendo estos años con la gaita asturiana.

Pero como viene siendo habitual esta temporada (y en esta fase semifinal aún con mayor protagonismo), el programa cuenta además con una serie de muestras que han despertado el interés del público. La organización decidió dar paso a otras vertientes de la cultura tradicional asturiana, al margen de lo estrictamente musical, aunque en el caso que nos ocupa está muy ligado a la música: Los episodios "Del pasado al presente. Una historia del traxe asturianu". En la matinal se presentó el tercer capítulo, que, bajo el título genérico de "vaqueiradas, pericotes y son de arriba", representan en el escenario trajes y épocas. En la exposición hecha ayer, explicada por Fe Santoveña, los protagonistas muestran los distintos trajes, que además se acompaña de imágenes fotográficas que reflejan el relato en vivo de Santoveña.

La otra muestra corrió a cargo de Tina Gutiérrez, que durante la entrevista previa explicó el trabajo realizado con en último disco, "Misa en honor a la Virgen de Covadonga". Un libro-disco editado al detalle del que recordó con emoción su estreno en diciembre. La parte musical del álbum es obra de Guillermo Martínez, y la letra, de José Antonio Olivar, además de la participación de la Escolanía de Covadonga, el Ensemble Ars Mundi y Valeria Zorina (violín). A todos ellos y a los responsables religiosos agradeció el esfuerzo durante la entrevista en el escenario.

Tras el relato sobre el álbum comenzó a presentar el repertorio que cantó ayer, que, explicó, no tenía nada que ver con el disco, puesto que requiere otro tipo de montaje. Así pues, acompañada de Nadia Chaviano al piano, hizo un homenaje a Falo Moro. Empezó con "Por qué non te dormís", que es "una canción de cuna", matizó. Tina Gutiérrez dijo que la grabó con especial cariño para que Moro la pudiera escuchar: "Allí donde esté siempre me acuerdo de Falo Moro", dijo la soprano. Prosiguió con un clásico, "Campanines de mi aldea", y concluyó con otra pieza popularísima en el repertorio asturiano (en este caso de Delestal y Casanova), "La mina y el mar", que la cantante dedicó a los mineros y marineros que sufren la dureza y las tragedias de ambas profesiones.