Escritor, traductor, crítico, editor y profesor de Literatura Asturiana en la Universidad de Oviedo, Antón García retoma su pasión por la traducción y presenta, también como editor (Saltadera), la traducción al asturiano de "Seis poemes gallegos", de Federico García Lorca. Una tarea en la que, como él mismo dice en el prólogo, se juntan "mi antigua devoción por el poeta granadino, que se mantiene en el tiempo, la querencia por la lengua de Galicia, de la que tanto he aprendido y con la que he disfrutado mucho, y la pasión por traducir al asturiano".

El libro se presentó esta semana en la biblioteca de La Granja, en Oviedo, en un acto que contó con la presencia de Cristina Valdés, directora general de Universidades e Investigación y académica de la Llingua; Rafa Lorenzo, cantautor que ha musicado en gallego los seis poemas y que, con este motivo, interpretó dos de ellas en asturiano, y el autor.

Esta nueva aportación de un poeta mayor y de unos poemas bellísimos al canon literario del asturiano significa, en opinión de Cristina Valdés, que "estamos ante una lengua madura, con condiciones precisas para expresar los matices de la poesía de García Lorca".

"Seis poemas gallegos" fue el penúltimo libro de poesía que editó en vida Federico García Lorca (Granada, 1898-camino de Víznar a Alfacar, 1936). Culminan una relación personal e intelectual que el poeta granadino tenía con Galicia desde que en 1916, siendo estudiante de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, viaja por primera vez a Galicia. Entonces visita Santiago, La Coruña y Lugo y deja un breve testimonio en el libro "Impresiones y paisajes". Vuelve en 1932 y a lo largo de ese mismo año lo hace en tres ocasiones, lo que le permite recorrer varios lugares del país de Rosalía de Castro. En Lugo, en ese mismo año, da a conocer el primero de los seis poemas, el "Madrigal a la ciudá de Santiago", escrito con el auxilio lingüístico de Luis Mantiega y Francisco Lamas.

La obra, escrita en gallego entre los años 1932 y 1935, es un homenaje a los cancioneros medievales galaico-portugueses, a Rosalía de Castro y a la ciudad de Santiago. Federico García Lorca se apoyó lingüísticamente en dos amigos, además de los ya citados: Ernesto Pérez Güerra (más tarde Guerra da Cal, Ferrol, 1911-Lisboa, 1994), con quien Lorca mantuvo una estrecha relación y que, en esto poemas, le sirvió de diccionario; y el novelista Eduardo Blanco-Amor (Orense, 1897-Vigo, 1979) que le escribe el prólogo, le hace alguna corrección y se encarga de la publicación en la editorial Nós.

Esta es la segunda vez que Antón García traduce estos poemas, que leyó por primera vez a los 16 años. En la primera ocasión, con motivo del reconocimiento que la Tertulia Literaria del Ateneo Obrero de Gijón hizo a Lorca en 1987, al cumplirse los 50 años del homenaje que ella misma le había hecho tras su asesinato, Antón García, fue invitado a participar en la publicación que se hizo y eligió traducir estos seis poemas. Pero lo hizo en asturiano occidental y utilizando como base la traducción al español que había hecho María Victoria Atencia. La actual, en asturiano común y en gallego, cuenta con la primera edición de Nós de 1935 y los manuscritos y apógrafos de los poemas.

"Desde el principio, los poemas me llamaron muchísimo la atención. Plenamente lorquianos, son poemas con los que el poeta quiso formar parte de la renovación cultural que estaba poniendo en marcha la literatura gallega del momento", señala Antón García.