El Papa Francisco ofició ayer una gran misa en el estadio de Abu Dabi, en el último acto de su una visita histórica a Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde se dirigió a los cristianos de este país y de todo el golfo Pérsico, a los que les pidió que "sean oasis de paz" en la tierra desértica de la península arábiga. "San Francisco recordó que el cristiano va armado solo de su fe humilde y su amor concreto" mientras otros visten armaduras, dijo el Papa en su homilía. Por eso pidió a los creyentes que "no entablen litigios ni contiendas".

Francisco es el primer Papa que visita la cuna del islam y donde la comunidad cristiana está integrada por inmigrantes, principalmente de la India y Filipinas. A ellos les ha pedido que estén "arraigados en Jesús" para que no se sientan lejos de su hogar ni solos sin los suyos. "He venido a daros las gracias por el modo como vivís el Evangelio que hemos escuchado", dijo el Papa emocionando ante unas 170.000 personas, 50.000 de ellas presentes en el interior del estadio y el resto en el exterior, muchos llegados de otros emiratos o de los países árabes vecinos.

El Papa citó a San Francisco de Asís, una imagen muy presente durante toda su visita porque hace ocho siglos el santo acudió a Egipto para tender puentes con el sultán de los musulmanes Malik al Kamil. Y con esa misión llegó el Papa a Abu Dabi el pasado domingo. Los llamamientos a la convivencia y la paz fueron recurrentes en las palabras de Francisco, que empleó metáforas y símbolos para dirigirse a una comunidad de cristianos tan particular y diversa. Además de esas imágenes, el Papa hizo varios gestos, como el uso de un coche pequeño de una marca surcoreana para sus desplazamientos, como muestra de humildad. Además, el máximo representante de la iglesia católica voló de regreso a Roma a bordo de un avión de Etihad, la aerolínea de Abu Dabi, en lugar de la compañía de bandera italiana Alitalia, como acostumbra.