Las grescas entre hosteleros y clientes satisfechos en la red son cada vez más frecuente. Por lo general, tienen como origen una mala crítica del comensal que no es aceptada por el el empresario. Si bien, no siempre es así. Hay ocasiones en las que la opinión es aceptada por el hostelero. Es lo que ha sucedido en este caso que, además, ha tenido graves consecuencias para uno de los empleados del establecimiento, que acabó en la calle.

Todo comenzó con el siguiente comentario de un cliente insatisfecho: "Tenía ganas de probarlo desde que lo abrieron, así que hoy acudí con mi familia para tomar un aperitivo y picotear algo.

A pesar de que había poca gente, el camarero se desentendió totalmente de nosotros, incluso después de hacerle señas para que nos atendiera. Diez minutos después de nosotros llego otra familia, que se sentó a la mesa de al lado de la nuestra y que después de un largo rato aprovecharon que el camarero pasaba cerca de ellos para decirle que o los atendía o se iban. Cuando les tomo nota del pedido, después de que a nosotros no nos había hecho ni caso, decidimos levantarnos e irnos, no sin antes acercarnos al camarero para agradecerle su nula atención. Nefasta la profesionalidad demostrada. Una pena, me hubiera gustado probar su cocina y además nos queda cerca de casa, pero después de la experiencia no volveremos".

Lejos del enfado, la respuesta del empresario fue la siguiente: "He comprobado las cámaras de seguridad de ese día y he encontrado el incidente, por lo que quería disculparme con usted y su familia por lo ocurrido. La actitud de ese camarero, que ya no pertenece a nuestro equipo, es inaceptable y de ninguna forma representa al establecimiento y a lo que nosotros queremos que sea. Espero que lea esto y nos de una segunda oportunidad. Mis más sinceras disculpa".

Tal y como relata el empresario, el incidente se saldó con el despido fulminante del camarero en cuestión que, a juzgar por los hechos, no había hecho bien su trabajo.

Este tipo de reacciones no son tan habituales en la red. Lo más común en estos casos es que el empresario se revuelva y acabe cargando contra el cliente que vierte la crítica. Y es que muchos empresarios se quejan de que algunas de las opiniones que se escriben en las redes sociales especializadas de hostelería son falsas y que buscan un perjuicio para el establecimiento. Para tratar de frenar estas prácticas, piden que las plataformas exijan una prueba de compra antes de la publicación del comentario.