Son todos científicos de primer nivel y se han unido en un proyecto “necesario”, “ilusionante” y “muy bonito”: la Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería (AACI). El paraninfo del edificio histórico de la Universidad de Oviedo acogió ayer la presentación oficial de esta institución, constituida el pasado mes de noviembre por doce investigadores de prestigio y concebida como un foro de divulgación del conocimiento científico que persigue “contribuir al bien de la región”. “Queremos difundir los valores de la ciencia y la ingeniería, potenciar estas dos áreas de conocimiento, participar en un debate sereno sobre el futuro de la comunidad e implicarnos con las empresas y la sociedad”, proclamó su presidente, el catedrático de Ingeniería Química Mario Díaz. El acto, en el que participaron el rector, Ignacio Villaverde, y el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, sirvió también para sacar a la luz el primer número de una revista con artículos interdisciplinares y escritos con tono “informativo” y “entretenido”.

El estreno de la Academia de Ciencia e Ingeniería contó con la presencia de la mayoría de sus miembros constituyentes. Son, aparte de Mario Díaz, Rosa Menéndez, Carlos López Otín, José Luis Acuña, Antonio Bahamonde, Francisco Javier Cuevas, María Ángeles Gil, Abelardo Margolles, Consuelo Martínez, María Rosario Rodicio, María Cristina Rodríguez y Javier Sebastián Zúñiga. “La Academia servirá para dar visibilidad a la actividad que se hace desde la Universidad y los centros de investigación. Necesitamos poner en valor todo el potencial que tiene nuestra comunidad”, destacó la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, que no dudó en aceptar la invitación de Mario Díaz de participar en el proyecto. “Siempre que puedo, aquí estoy, en mi tierra”, apuntó. Para la catedrática del área de Estadística e Investigación Operativa Ángeles Gil, la Academia es un organismo “muy necesario” y una iniciativa “muy bonita”. “Lo montamos con mucha ilusión –aseguró–. Uno de nuestros desafíos será llegar a los jóvenes” y cultivar ellos las vocaciones científicas. “Esperamos contribuir al desarrollo de la ciencia y la ingeniería asturiana. Es un placer trabajar en ello y además rodeado de amigos. Estoy aprendiendo mucho de otras ramas”, afirmó, por su parte, el catedrático de Física Javier Cuevas.

En el centro, el consejero Borja Sánchez, Mario Díaz y el rector Ignacio Villaverde, con el público de fondo, antes del acto. | Irma Collín

Para su compañero, el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial Antonio Bahamonde, implicarse en la nueva Academia de Ciencia “forma parte de nuestra obligación”. “Nuestro trabajo es crear conocimiento y luego transmitirlo”, indicó. Y precisamente, el ente recién creado se vuelca en lo segundo. “Es un reto para todos nosotros, porque en realidad hay todavía que construirla. Otras ya llevan años trabajando y tienen sus vocaciones bien definidas”, apostilló.

En concreto, la asturiana es la academia número dieciséis del país y algunas de ellas acumulan una trayectoria de más de cincuenta años. De ahí que el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, insistiese ayer en que la AACI llega para “cubrir un vacío” existente desde hace décadas. Convencido de su “necesidad”. Sánchez respaldó desde el inicio su constitución, agilizando al máximo los trámites administrativos, un gesto que agradecieron los académicos durante el acto. “Nace con avales de personalidades muy importantes e instituciones. La Academia va a ser un referente en el desarrollo del ecosistema científico-tecnológico”, opinó.

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El rector Ignacio Villaverde hizo referencia asimismo en su intervención al talento que aglutina la nueva Academia, procedente en su mayoría de la Universidad de Oviedo, pero también del CSIC. “Debemos felicitarnos todos. Alumbramos una institución necesaria y esperada, elaborada por un puñado de nuestros mejores universitarios, que, a pesar de sus múltiples quehaceres, encuentran tiempo para difundir la ciencia”, aplaudió.

La nueva Academia de Ciencia e Ingeniería, que tendrá como sede la Universidad de Oviedo y que utiliza como logo un enorme árbol con raíces, estrenó página web (aaci.es) y revista. El primer número incluye cuatro artículos sobre la pesca (José Luis Acuña), la resistencia a los antibióticos (María Rosario Rodicio), la energía eléctrica (Javier Sebastián) y la partículas elementales (Javier Cuevas). El siguiente paso será celebrar conferencias.