La economista e investigadora histórica Begoña González, que también preside el patronato de la Fundación Albergue Covadonga de Gijón para personas sin hogar, acaba de publicar en Velasco Ediciones la novela "El siglo", una narración ambientada en el siglo XV donde combina el rigor histórico y algunos hallazgos fruto de sus investigaciones en archivos con una trama con la que trata de mostrar cómo siempre, y en las circunstancias más adversas, aparece un fondo de humanidad que lleva a las personas a ayudarse las unas a las otras.

La protagonista de "El siglo" es una madre judía que, tras el edicto de expulsión de los Reyes Católicos, se resiste a convertirse y que se refugia en el Norte, a donde escapa al ponerse al servicio de una dama que se casa con un Caballero de Santiago.

«La obra está ambientada en el siglo XV, pero habla de cómo la solidaridad acaba prevaleciendo»

Tiene esta novela, por supuesto, un punto de apoyo en un hecho histórico real. "Sí, se basa en el hecho de que en los Picos de Europa hay de familias que provienen de aquel éxodo sefardí. Es un hecho estudiado poco por la Universidad de Oviedo, pero del que algo se ha publicado sobre la zona de la comarca de Valdeón", explica esta autora que se define como una gijonesa de Cabrales o una cabraliega de Gijón, pues sus raíces familiares están en el pueblo cabraliego de Berodia, donde está la casa de sus abuelos, a la que acude cada verano. "En esa zona rayana con la parte de León que es Cabrales hubo pueblos habitados por familias que son talmudistas. Hay por ejemplo varios apellidos de familias talmudistas de Toledo como Moradiellos, que es un apellido que yo tengo en la familia y que recaló en el pueblo de Sotres; un apellido que viene de Moradillo del Sedano, donde hubo una aljama importante. También el apellido Sadia", explica la autora de "El siglo". Explica Begoña González que con esta novela sólo pretende entretener, "no se trata de ninguna lección de historia, pero tampoco quiero escribir nada que no fuera posible, así que hasta los nombres de los personajes están buscados en los archivos correspondientes y sacados del territorio".

Begoña González, con un ejemplar de «El siglo».

No sólo los nombres, también algunas de sus palabras son, literalmente, pasajes extraídos de testimonios que Begoña González fue encontrando en documentos de la época. "Se trata de apuntes al margen que yo me fui encontrando mientras me documentaba para charlas o artículos concretos y que me parecían auténticos tesoros con los que, me decía, un día iba a construir un relato".

Entre los objetivos que se planteó la autora de "El siglo –que se confiesa interesada por "la historia menuda, la historia del vasallo"– estaba "contar las relaciones en una sociedad absolutamente desigual, donde pese a tanto atropello prevalecía siempre o casi siempre, entre los colectivos pequeños, esa solidaridad, esa humanidad. De alguna manera, el siglo XV, en el que se ambienta la novela es un pretexto, una especie de escaparate o de lugar histórico del que yo me valgo, porque lo conozco. Pero lo que me interesaba era explicar cómo la humanidad prevalece en todos los sitios. Y eso lo encontré en los papeles históricos que consulté. Por ejemplo, cómo en los papeles de un inquisidor sobre en un auto de fe, aparece la carta de una madre que se ofrece ella a ir a la hoguera en lugar de sus hijos. O cómo un amanuense dejaba por escrito la importancia de los libros para los alumnos que estaban por nacer".