Brillante colofón al MusicUO entre caprichos y sinfonías solemnes

La OSPA y el maestro Bayona cierran con éxito la primera edición del Festival Universitario de Música Iberoamericana

Un momento del concierto de la OSPA; en el centro, el maestro Néstor Bayona. | Irma Collín

Un momento del concierto de la OSPA; en el centro, el maestro Néstor Bayona. | Irma Collín / J. Mallada

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Tras un total de trece conciertos en cinco concejos y tres conferencias previas, la primera edición del Festival Universitario de Música Iberoamericana-MusicUO se clausuró anoche en el Auditorio a cargo de la OSPA, ofreciendo un programa (que el catedrático en musicología Ramón Sobrino y la doctora Tania Perón se encargaron de explicar momentos antes en la sala de cámara) muy atractivo donde se aglutinaban diversas obras sinfónicas de los siglos XIX y XX.

Ante una considerable asistencia (entre la que se encontraba el Rector, Ignacio Villaverde), la OSPA interpretó el "Capricho-scherzo" de Soledad Bengoechea, la primera pieza compuesta por una mujer que interpretó la madrileña Sociedad de Conciertos, o lo que es lo mismo, la primera orquesta estable de nuestro país. La OSPA encaró este primer plato con mucha elegancia, ajustando adecuadamente la articulación.

La segunda de las obras llevaba la autoría de María Teresa Prieto, compositora de origen ovetense que desarrolló la mayor parte de su carrera en suelo mexicano. Los tres movimientos de su "Sinfonía número 1", conocida como "asturiana", revelan la nostalgia y la particular visión que Prieto poseía de la tierrina desde el continente americano. Sus citas folclóricas, más o menos literales, y su ligereza en la instrumentación la convierten en una obra interesante, agradable de escuchar (casi como si de una rapsodia se tratara) que fácilmente podría programarse con mayor frecuencia.

Tras una breve pausa, la segunda mitad estuvo dedicada, íntegramente, a la interpretación de la "Sinfonía número 3" de Miguel Marqués, una de las pocas obras editadas en España en todo el siglo XIX, indicativo de su inmenso éxito. La OSPA, bajo la certera batuta de Néstor Bayona, supo enfrentar las dificultades que se esconden tras los cuatro movimientos escritos por el compositor mallorquín. El equilibrio de la formación asturiana salió a relucir mediante el lirismo del "Andante con motto", aunque seguramente los pasajes más impactantes llegarían con el "tema y las variaciones" (tercer movimiento), donde la cuerda y las maderas exhibieron un nivel más que notable, reservando unas acusadas dinámicas y un volumen más poderoso, con cierto aire de solemnidad, para el "Allegro brillante" final, sellando hora y cuarto de gran nivel musical y la primera edición de un Festival que, a juzgar por el respaldo del público, parece haber venido para quedarse.

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