¿Cómo se hacían los colchones de lana antiguamente? Eugenio Monesma recorre zonas rurales de España para recopilar cientos de oficios "perdidos"

En su canal de Youtube, de más de millón y medio de suscriptores, el divulgador recoge testimonios de cientos de personas que conocen los oficios tradicionales

Cómo se hacían los tradicionales colchones de lana

Cómo se hacían los tradicionales colchones de lana / Eugenio Monesma Youtube

Alba García

Si a día de hoy necesitamos un colchón, nos vamos a una tienda de muebles y compramos uno. De espuma, de muelles, viscoelásticos... Hay todo tipo de opciones a nuestro alcance. Pero, evidentemente, no siempre fue así. Cuando visitamos casas antiguas, por ejemplo, en el pueblo de nuestros abuelos, aún podemos ver los colchones tradicionales confeccionados a mano y rellenos de lana. Si alguna vez te has preguntado cómo se hacían, Eugenio Monesma tiene la respuesta.

Este divulgador lleva más de 40 años grabando documentales etnográficos. Ahora utiliza sus redes sociales para compartirlos, y con mucho éxito: en Youtube tiene más de millón y medio de suscriptores. Se desplaza por toda España para aprender de primera mano los oficios ya perdidos y los documenta en amenos vídeos que rondan los quince minutos.

¿Cómo se hace un colchón de lana?

Ascensión y Rosaura Tejero, antiguas colchoneras de Almonacid de la Sierra, desmontan y vuelven a confeccionar un colchón de lana para este vídeo. Los colchones debían deshacerse cada cierto tiempo por motivos de higiene, para poder limpiar la lana. Una vez lavada la lana, hay que varearla: las colchoneras golpean la lana con varas de mimbre para quitarle el polvo y dejar sueltas las fibras. Es una labor larga y cansada.

Después del vareado, es la hora de recomponer el colchón. Ascensión y Rosaura extienden sobre una superficie lisa la larga tela rectangular que hará de funda para el colchón. En una mitad distribuyen la lana del relleno. Si utilizan mucha lana, el colchón será duro; si usan poca, blando. Añaden bolitas de naftalina para evitar que entren gusanos a la lana. Después colocan el resto de la tela envolviendo el colchón, hilvanan los bordes y los cosen. En distintos puntos del colchón, lo atraviesan con trenzaderas, unas tiras de tela que ayudan a distribuir y sujetar la lana del interior; tienen el mismo aspecto que los botones hundidos de los cojines.

Hilado de lana

Otro de los principales usos de la lana es el hilado. Era la lana de mejor calidad la que se destinaba a este fin, mientras que la de peor calidad terminaba como relleno de colchones. Felisa Claver nos enseña cómo lava la lana recién esquilada y la deja secar al sol. Una vez seca, la escarmena, es decir, la va separando con las manos y quita todo lo que se haya quedado pegado. Luego utiliza dos grandes peines llamados cardas para desenredar la lana y disponer todas las fibras en el mismo sentido. Juntando trozos de lana cardada, forma copos, bolas alargadas de lana para hilar.

La hilandera coloca los copos en la rueca, una caña o una vara de avellano con un espacio para fijar la lana. Con los dedos, va sacando y retorciendo las hebras, formando una especie de cuerda que se enrolla en el huso, un instrumento redondeado de madera que sirve para retorcer aún más las hebras y crear el hilo. Si necesita un tejido más consistente, une dos hilos con el huso de torcer para formar un hilo doble.

Más de quinientos minidocumentales

El canal de Youtube de Eugenio Monesma cuenta con más de quinientos minidocumentales sobre oficios tradicionales. Es inevitable que, con los avances tecnológicos de nuestra época, estos oficios desaparezcan paulatinamente; sin embargo, gracias a personas como Eugenio Monesma, no caerán en el olvido.