El Sporting de Abelardo está convirtiendo en realidad ese tópico tan manido en el fútbol que dice que para conseguir los objetivos, hay que hacer un fortín del campo propio. Los rojiblancos encadenan cinco victorias consecutivas en El Molinón, entre el final de la temporada pasada y el inicio de esta, y el feudo rojiblanco se está convirtiendo en su mejor aliado. El Sporting es, junto a Real Madrid y Sevilla, uno de los tres únicos equipos que ha conseguido un pleno de dos victorias en su estadio en este inicio liguero (muchos sólo han jugado un encuentro en casa). Desde la llegada de Abelardo al primer equipo, el Sporting mantiene un continuo desafío con la historia. El Sporting no lograba encadenar cinco victorias consecutivas como local en Primera División desde que lo consiguiera en el inicio de la temporada 1995-96, con Ricardo Rezza al frente.

Para encontrar el mejor registro histórico de los rojiblancos hay que remontarse a los tiempo del Eurosporting y sentar de nuevo en el banquillo a Vicente Miera. La impresionante racha establecida por el entrenador cántabro se inicio en el tramo final de la temporada 1977-78 y tuvo una espléndida continuidad en la campaña 1978-79. Entre ambas, el Sporting encadenó doce victorias consecutivas en su campo, despachando a equipos como el Barcelona (en ambas temporadas), Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao o Zaragoza, por citar a algunos rivales de importante potencial.

Aquella racha victoriosa se cortó con un empate sin goles ante el Espanyol, tras el cual los rojiblancos encadenaron tres victorias más, para completar un registro que también se había iniciado mucho antes y que se prolongó durante más de una temporada. Aquel Sporting de Vicente Miera hilvanó 27 partidos consecutivos sin perder en casa. Eran, claro está, otros tiempos, otro Sporting y una Liga muy diferente.

En los últimos tiempos, con la honrosa excepción quizá de la temporada del ascenso de los guajes, al Sporting le costó sacar sus partidos como local. Hasta el punto de que hubo temporadas en los que llegó a parecer un equipo más poderoso fuera de casa que en su propio campo.

Y eso que El Molinón, desde aquel lamentable incidente con la "navaja de Fagiani", en la época ya de Marcelino García Toral como técnico rojiblanco, se ha volcado con su equipo. Los futbolistas propios los agradecen y muchos de los equipos rivales lo envidian.

Lo que está fuera de duda, es que muchas de las opciones de los rojiblancos de alcanzar de nuevo el objetivo de la permanencia pasan por mantener un rumbo estable en su campo.

La racha triunfal se verá seriamente comprometida a corto plazo. El próximo equipo en desfilar por El Molinón será el Barcelona de Luis Enrique, que ya se ha dejado sorprender por el Alavés y estará para pocas concesiones. Tras los azulgranas llegará a Gijón un Valencia herido por su mal inicio de Liga.

El Sporting necesita mantener la solidez de su campo para marcar distancia con los puestos bajos de la clasificación. El equipo cuenta con una afición entregada sin condiciones que lo único que pide a cambio es disfrutar de un final de liga tranquilo.

El Sporting cuenta también con una afición viajera, que suele inundar los campos próximos con sus oleadas de la Mareona y que nunca deja solo al equipo. El Molinón gana peso en un año en que se ha abierto una lista de espera para hacerse abonado. Mientras la Liga sigue mirando hacia la televisión china, el Sporting presume de una afición fiel y, a veces, hasta decisiva.