Saltaba el Real Sporting al campo de los Juegos del Mediterráneo de Almería, luciendo su segunda equipación, quizás más azul que morada en los planos largos en televisión, con la intención de recuperar su liderato, después de conocer algunos resultados que se habían dado durante la jornada. La primera consigna en cualquier caso seguía siendo la misma: portería a cero.

Para ello y ante un Almería, con único partido disputado saldado con victoria y con numerosas caras nuevas respecto al equipo que jugase el playoff la pasada campaña, hecho a golpe de talonario y de petrodólares, David Gallego optaba por repetir prácticamente el mismo once que le había dado los tres puntos ante el Girona, con la excepción de Cumic en el puesto de Gaspar, sancionado.

Comenzó mejor el Almería, abriendo de partida mucho el campo con sus dos laterales de claro carácter ofensivo, y mandando claramente en la posesión del balón. El Sporting se limitaba a aguantar con disciplina y paciencia el arreón inicial de los locales.

Hubo que esperar casi a que transcurriesen diez minutos para que el Sporting se aproximase por primera vez a la meta defendida por el meta georgiano, Giorgi Makaridze. Fue en el lanzamiento lateral de una falta, que acabó sin problemas en las manos de portero almeriense.

Una falta sobre Djuka en el minuto 18, volvió a permitir al Sporting disponer de una nueva acción a balón parado, que como la anterior, pecó de previsible en su ejecución.

Con el Almería siendo dueño y señor del juego, con una posesión por encima del 75% y el Sporting achicando balones, llegó la primera gran ocasión para los locales cuando corría el minuto 26, cuando Aketxe remató fuera por muy poco, ante la mirada de un Mariño que hasta el momento no había sido puesto a prueba.

En el minuto 33 llegó el primer disparo a puerta del Sporting, en un chut lejano de Manu García. El talento de Mareo no estaba apareciendo todo lo que el equipo necesita, influenciado por su posición, en ocasiones demasiado caído a banda izquierda. A esto se añadía el que de nuevo Javi Fuego, se retrasaba sobre el césped para situarse entre Babin y Borja López. Con ello Pedro Díaz se quedaba muy solo a la hora de poder generar juego desde el centro de la medular.

Por fortuna para los sportinguistas, el dominio del Almería se encontraba una y otra vez con la defensa gijonesa muy bien plantada, destacando la labor de Pablo García en su lateral izquierdo.

Una pérdida absurda de balón por parte de Borja López en las inmediaciones del área almeriense, permitió observar también que este Sporting de David Gallego también sabe replegarse, uno de los talones de Aquiles de la temporada pasada.

Con el Almería abusando de los disparos desde fuera del área, como lo hiciera el Girona en la jornada anterior, se llegó al descanso con un empate a ceros, que a tenor de lo visto, se podía catalogar como justo, si bien al Sporting se le echó en falta una mayor presencia en el campo rival.

Sin cambios en ninguno de los dos equipos, se reinició el partido con la duda de si el Sporting seguiría esperando replegado atrás, o si se iría un paso adelante para dificultar las acciones ofensivas de su oponente. El primer disparo a puerta del Almería, obra de Fran Villalba, con apenas un minuto trascurrido, parecía indicar lo contrario. Susto para Mariño, quien volvía a ver cómo la pelota se iba fuera por muy poco.

En el minuto 49 Pedro Díaz vio la segunda tarjeta amarilla para los sportinguistas, después que en la primera parte la hubiese visto también Pablo García. El centrocampista gijonés seguía sin sentirse cómodo en el partido.

La tuvo sin embargo el Sporting un minuto después, cuando Aitor García, tras pase de Uros, se encontró con la mejor ocasión hasta el momento, al encarar solo a Makaridze, pero dejándose inocentemente robar la cartera antes de ser capaz de disparar siquiera a puerta.

La tercera tarjeta amarillo del partido fue también para un jugador del Sporting, siendo Borja López quien la recibiese, en una falta que tampoco era para tanto castigo por parte del árbitro catalán Rubén Avalos, bastante más permisivo en ese sentido con los locales. Del lanzamiento lejano de dicha falta, llegó una nueva intervención segura por parte de Mariño.

Esta vez fue David Gallego el primero en mover el banquillo, entrando en el minuto 58 el debutante y flamante fichaje del Sporting, Saúl García, sustituyendo al amonestado Pablo García. El cambio no podría explicarse de otro modo que no fuese precisamente el de tener al joven lateral con tarjeta. Su partido había sido impecable.

Aún sin noticias de Manu ni de Uros, este inmerso en una lucha permanente con su compatriota Maras, y aproximándose el partido al minuto 65, el entrenador portugués José Manuel Gomes movió a su vez ficha, realizando dos cambios de una tacada.

De nuevo fue un jugador del Sporting quien vio tarjeta amarilla. Le tocó en este caso a Cumic en el minuto 67, en otra decisión un tanto rigurosa de Avalos Barrera.

El Almería seguía mientras acumulando llegadas y disparos desde fuera del área. Se llegaba de este modo al minuto 70 cuando David Gallego retiró a dos de sus jugadores amonestados: Pedro Díaz y Cumic. En su lugar entraron Gragera y Alvaro Vázquez. Había curiosidad por ver el rendimiento del delantero catalán, después de que su nombre estuviera sobre la mesa como una de las principales opciones que tiene el club sportinguista para liberar masa salarial, y de este modo poder afrontar aún algún fichaje de última hora.

En esas estábamos cuando un gran centro de Sául García en el minuto 73, después de superar a su marca con un precioso autopase, puso el balón a los pies de Uros, quien ganándole la espalda a la defensa andaluza, fusila con su pierna buena a un sorprendido Makaridze. Cuarto gol para el balcánico, en la segunda aproximación con peligro del Sporting en la segunda parte. El serbio está en una racha como nadie se hubiera nunca imaginado de él. Que siga así por mucho tiempo. La llegada de David Gallego parece tener mucho que ver con este cambio radical en la efectividad de Uros.

La quinta tarjeta amarilla, cómo no, fue también para los sportinguistas, con Manu García esta vez sí, haciéndose acreedor a la misma. Demasiadas tarjetas en un partido prácticamente de guante blanco. Más aún cuando Bogdan vio la sexta en el minuto 80.

Fue precisamente del lanzamiento de esta falta cuando llegó la jugada polémica del partido, cuando el árbitro señaló como penalti una caída dentro del área de Samu Costa, tras un simple forcejeo con Javi Fuego. La jugada fue revisada por el VAR y Avalos tuvo que dirigirse al monitor para solventar la papeleta, desdiciéndose de su primera decisión. Rectificar es de sabios y más cuando era lo justo, al menos a tenor de las imágenes vistas.

En el minuto 84, un extenuado Aitor García dejó su lugar a Carmona, en lo que suponía el cuarto cambio por parte de David Gallego.

Fueron unos últimos minutos de más nerviosismo por lo ajustado del resultado, que de peligro real para la portería de Mariño. El Almería, acelerado y nervioso, tras haber dominado el encuentro hasta el gol de Uros, se mostraba impotente ante un Sporting que dejaba correr el tiempo. Desde el banquillo andaluz, se introducían aún otros dos cambios, en una búsqueda ya desesperada por rescatar al menos un punto.

Con cinco minutos de añadido que se hicieron eternos, el Sporting consiguió mantenerse inexpugnable y llevarse la victoria en un partido casi perfecto. Son cuatro victorias en otros tantos encuentros, con cinco goles a favor (cuatro para Uros) y ninguno en contra. Las cifras son las que son y la ilusión es normal que se dispare.

No le podía así llegar en mejor momento el próximo derbi al Sporting, de nuevo líder inmaculado de la categoría, a disputarse el próximo domingo a las nueve de la noche en el Carlos Tartiere, frente un cuadro carbayón, que aún no sabe lo que es ganar.

Post Scriptum: con el cierre de mercado este lunes, y sin que previsiblemente Nacho Méndez abandone la entidad, bueno será que desde el martes, el club y el jugador se sienten para limar cualquier aspereza. El canterano es un jugador más que aprovechable para este nuevo Sporting de los guajes.