La Mareona acaba sin premio en A Malata

Ni enterarse cuatro días antes de la sede del partido, ni lo limitado del papel evitó ver ayer una nutrida Mareona en Ferrol. Las calles de la ciudad empezaron a mezclar desde el mediodía el verde local con un rojiblanco que rozó el millar de aficionados a orillas de la ría ferrolana. Las fiestas del municipio gallego calentaron la previa del encuentro en A Malata, donde una vez más la grada volvió a responder más allá de lo visto sobre el impecable verde de un terreno de juego escenario de la vuelta al fútbol profesional, quince años después, de un racinguismo eufórico.

"Después de lo del otro día, como para no venir", comentan Andrés Prat y Jesús Quintana, a quienes el rotundo triunfo del equipo ante el Mirandés animó a viajar a Ferrol. "Y eso que venimos de Llanes, súmele una hora más", advierten. Como ellos, la mayoría. No por el lugar, sino por el estímulo de haber visto un Sporting diferente la jornada anterior. En un viaje con más de una treintena de peñas, algunas como Veguín y Afayaízos adelantaron el desplazamiento al sábado. Todo, por seguir al Sporting.

"A ver si vemos fuera de casa lo del otro día en El Molinón", esperan Lucía García, Lucía Redondo, Nuria Sánchez y Fabio García, desplazados desde Gijón y la Pola, antes de que el balón eche a rodar. Los hay también con mucha fe en Miguel Ángel Ramírez y poco temor a las consecuencias de la baja por lesión de Otero. "Seguro que tiene algo preparado para sorprendernos", dice David Collada, uno de los que se acercaron a fotografiarse con el entrenador en el paseo previo a la comida del equipo. "Venimos de Cangas del Narcea, somos muy de Jony y de Queipo, y estamos seguro que ganamos", concluyen Ana Cuervo, Arcadio Díaz y su hijo Kevin. Optimismo a tope, luego, la pelota, dictó sentencia. En la victoria y en la derrota, la Mareona volvió a dejarse ver en Ferrol para animar al Sporting.

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