Segunda División | Los equipos asturianos

Campuzano coge el "9": de la charla que cambió todo a los intereses de Málaga, Wisla y Burgos

El punta vuelve a contar tras cerrarse el mercado sin que el club sellase su salida o fichase a otro delantero y tras ser apartado de amistosos y convocatorias

Mario Hernández, Seoane, Campuzano, y, al fondo, Gaspar, en una acción, en el derbi del sábado. | Irma Collin  / Luisma Murias

Mario Hernández, Seoane, Campuzano, y, al fondo, Gaspar, en una acción, en el derbi del sábado. | Irma Collin / Luisma Murias / A. MenéndezA. M.

A. Menéndez

Víctor Campuzano siempre vuelve. El delantero catalán no solo disputó en el Carlos Tartiere sus primeros minutos de competición, sino que también fue la primera vez que jugó desde la pasada campaña. No lo hacía desde el 1 de mayo, cuando disputó más de una hora en la victoria ante el Lugo. En verano, el punta, de 26 años, se quedó sin estrenarse en los amistosos. En la gira mexicana, ante Santos Laguna, fue baja por unas pequeñas molestias. Luego pese a estar disponible, se quedó con el contador de minutos en cero.

Además, en el que los ejecutivos del club rojiblanco decidieron apretar fuerte para forzarle su salida del club. Christian Rivera, que tampoco entraba en los planes de la dirección deportiva sportinguista a inicios de pretemporada, participó en los bolos de verano con cierta asiduidad. Incluso fue titular en el debut liguero en el José Zorrilla ante el Valladolid.

Tras la gira por México, el Sporting decidió que Campuzano, Campu, ni siquiera fuera incluido en las convocatorias de los últimos amistosos de pretemporada a los que fue citado. En ellos, Miguel Ángel Ramírez (MAR) incluso dio minutos a varios jugadores del Sporting Atlético por delante del ariete catalán. En algunos entrenamientos le tocó ejercer de comodín y actuar como centrocampista e, incluso, de lateral izquierdo.

Pero a pesar de todo, Campu se mantuvo fuerte. Y no bajó los brazos. Ni se quejó. Tampoco se negó a dejar el club, pese a algunas informaciones publicadas. De hecho, se abrió a una salida, si esa era la idea de la entidad rojiblanca. Pero el Sporting no alcanzó un solo acuerdo con los clubes que mostraron interés por ficharle durante el mercado veraniego.

Y llegó el 1 de septiembre. Miguel Ángel Ramírez ofrece la lista de convocados para el duelo de Liga que se celebra al día siguiente en El Molinón ante el Burgos. En esa lista no figura de nuevo el dorsal 11 de Víctor Campuzano. En cambio, sí aparece el 31 de Esteban Lozano, llamado a jugar en el filial esta campaña. El mercado de fichajes aún no está cerrado. En ese intenso último día, el club rojiblanco tiene abiertas varias gestiones y no da nada por cerrado. Trata de hacerse con el fichaje de un 9 como es Miguel de la Fuente, que apuesta por volver al Leganés. Y luego activa la operación de Roque Mesa. MAR tampoco es tajante en su comparecencia semanal sobre el futuro de Campu, que conoce el interés de varios clubes por hacerse con sus servicios. Además del Málaga, preguntan por Campu el Wisla Cracovia y el Burgos. Pero ninguno alcanza un acuerdo con el Sporting, que solicita a los equipos que preguntan por el ariete que se hagan cargo de un parte muy importante de la ficha del atacante.

Al día siguiente, ya con el mercado cerrado, el equipo rojiblanco vence agónicamente al Burgos con un gol en el último suspiro de Queipo y ultima la llegada de Roque Mesa. La incorporación del delantero no se da al esfumarse la opción prioritaria de Miguel de la Fuente. El club parece no ir al límite a por Borja Garcés (que acaba en el Elche) y no termina de apostar por Adrián Grbic, que además deja tirado al Éibar sobre la bocina. Los técnicos tenían muy clara la necesidad de contratar a otro delantero complementario a Djuka. Pero, con el mercado cerrado, y sin capacidad para moverse tras apostar fuerte por Roque Mesa, entienden que es el momento de replantearse la situación de Víctor Campuzano. Es tras el primer entrenamiento después del cierre de mercado cuando Ramírez solicita a Campuzano una reunión. Ahí la situación, explican distintas fuentes, da un giro. Para MAR es un alivio. Porque tras Djuka y Otero, un extremo que se ha reajustado con nota al ataque, prioriza darle minutos a Campuzano por delante de Jeraldino y el jovencísimo Lozano, como ya se mostró en el Carlos Tartiere. Además, Ramírez cree que el 4-4-2 es el sistema que más encaje tiene para muchos jugadores. Pero le faltan delanteros.

El desbloqueo de la situación se produce tras un cara a cara muy cordial entre el preparador y el delantero en las instalaciones de Mareo. El técnico canario le vuelve a abrir la puerta. Le dice que si se lo gana en los entrenamientos volverá a jugar y que será importante en el nuevo proyecto. También le pide que dé un paso adelante esta temporada en su rendimiento. Campu recoge el guante. Se muestra preparado para dar ese salto y solicita también que, si así lo demuestra en el día a día, el club le dé continuidad para volver a sentirse futbolista, que es lo que le falta. Él ya ha hecho esfuerzos para estar al cien por cien. De hecho, el delantero catalán solicitó hace semanas distintos estudios a especialistas en genética para saber si los recurrentes problemas musculares se deben a la intolerancia a algún alimento.

El Sporting se está comportando en este arranque como un equipo más sólido a nivel defensivo (ha encajado 5 goles, promediando 1 por partido). Ramírez, que recuperó la defensa de cinco ante el Oviedo tras visionar con su equipo de trabajo los partidos del equipo azul, ha encontrado un camino para que el conjunto rojiblanco se muestre como un rival pegajoso, complicado de batir: la incorporación de Rubén Yáñez, de Róber Pier y Pascanu están dando resultado desde el comienzo. La otra cara de la moneda en este arranque está en los problemas que tiene el grupo para encontrar el camino del gol. Los especialistas creen que el Sporting sí se muestra capaz de generar ocasiones, pero le faltan jugadores con capacidad de ser decisivos en área contraria. De los cinco goles marcados por el club gijonés, tres fueron en los primeros cuarenta y cinco minutos del mismo partido (Mirandés). Lejos de Gijón, el equipo se está mostrando incapaz de marcar: no lo hizo en Valladolid ni en el derbi en Oviedo; mientras que en Ferrol se anuló un gol a Esteban Lozano por un fuera de juego milimétrico. Otero, con dos tantos, asume de momento el peso ofensivo. El proyecto además ha perdido gol: se fueron Cristo (5), Aitor (7) y Pedro Díaz (3).

Suscríbete para seguir leyendo