Javi Fuego se abre en El Molinón: "Sabía que volver al Sporting era una decisión arriesgada, y estoy orgullo de haber sido valiente"

El histórico exjugador rememora sus orígenes y carrera y desvela su lado más personal en el programa "La Tribuna de El Molinón": "Preferí una decisión arriesgada que arrepentirme", dice

Gijón. El Molinón. Programa La Tribuna de El Molinón, que tiene a Javi Fuego como protagonista.

Gijón. El Molinón. Programa La Tribuna de El Molinón, que tiene a Javi Fuego como protagonista. / L. Murias

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

En las entrañas de su casa, Javi Fuego descubrió sus «secretos», recuerdos y emociones, compartiendo algunas de las vivencias de su exitosa carrera, y también de su lado más personal. Contó muchas cosas de su vida. Una, sobre su infancia: al recordar el enorme «esfuerzo» que hicieron en su momento sus padres, que eran maestros, por permitir a aquel crío, de 9 años, que descubrió Jorge Luis, el Romanón, entrenar en Mareo. Aquella decisión le permitió llegar a ser con el tiempo un futbolista muy respetado en el fútbol, donde se hizo un hueco durante casi dos décadas al máximo nivel. «Sacrificaron tiempo para llevarme, recogerme lavar ropa», narró recordando la dificultad que entraña desplazarse por entonces de Siero a Gijón antes de todas las mejoras que se han dado estos años en las carreteras. Otra, al señalar a Valencia como su segunda casa –fue la ciudad donde vivió cuando militó en el club che, en el Levante y, después, en el Villarreal–. 

Y, claro, al hablar sobre la bici, su gran pasión de siempre al margen del fútbol. «Me apasiona y estoy ahí corriendo con el equipo de la Pola. Pero pa llegar al Tour tendría que perder veinte años y veinte kilos», bromeó

 La leyenda del Sporting se abrió en una entrevista radiofónica en el programa «La Tribuna de El Molinón» conducido por Bernardo Collado, y respondió a las preguntas de los jugadores del Sporting Genuine.  Fue un rato ameno, divertido, repleto de anécdotas: «Me tuvieron que hacer una ficha falsa para jugar en El Romanón», admitió Fuego en su «cara a cara» entre «Javis», con el jugador del equipo Genuine, que, incluso, fue capaz de sacarle algún titular: «Mi vinculación con el Sporting no es solo deportiva, es sentimental, de corazón», dijo el histórico mediocentro, que recordó los riesgos que asumió al regresar a Mareo en junio de 2019 tras poner punto y final a una etapa nada fácil en el Villarreal: «Preferí tomar una decisión arriesgada que arrepentirme», –contó el exjugador–, antes de recalcar con orgullo su satisfacción con aquella operación: «Estoy orgulloso de haber sido valiente de esa decisión que no era fácil y de volver a vestir la elástica rojiblanca». 

También, Fuego, que respondió después a un completo test personal elaborado por Rosalía, donde admitió que pese a su etapa por Valencia es fiel a sus orígenes y le tira más el cachopo que la paella, contó los momentos más delicados de su dilatadísima experiencia profesional. «Me llamaban el futbolista concursal», dijo, con sentido del humor, recordando los impagos vividos en algunos clubes. En cualquier caso, siempre tuvo buenas palabras para recordar las etapas de cada club. Fue cariñoso con todos. Admitió, por ejemplo, que en Valencia vivió sus mejores años como profesional. «Los que más nivel di mi carrera»... Y fue especialmente cariñoso con el Rayo Vallecano, donde se ganó el cariño de la afición y admitió haber disfrutado de un gran vestuario. Vivencias en el fútbol que le marcaron el carácter. «Hay que disfrutar con el máximo esfuerzo y entender una cosa: no llegar a profesional no es un fracaso; lo importante es el camino que se recorre. Cada uno debe dar el máximo de sí mismo», dijo recordando una frase de Pepe Acebal.

La entrevista fue a la vez divertida y emocionante, con relatos muy sentidos como el de Arturo (del equipo Fútbol Andarín del Sporting); y otros tan emocionantes como didácticos como el Esther González, al frente del servicio de Hematología del Hospital de Cabueñes. Uno de los momentos más emotivos, de largo fue en la entrevista que le hizo Cristian, jugador del Sporting Genuine, a Arturo, paciente oncológico. En realidad, porque fue una conversación entre dos amigos. La mujer de Arturo cuidó a Cristian, los dos son vecinos, y ambos van juntos cada dos domingos a El Molinón, donde estuvieron ayer. Pero, sobre todo, porque los dos han encontrado en el fútbol una válcula de escape. Aire. «Cuando estoy entrenando me olvido de todo», dice Arturo. Esther, luego, arrojó luz: «Lo importante es que las personas que participan se integren».

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