Diego Sánchez | Defensa del Sporting, se enfrenta al Burgos, equipo que le quiso fichar en enero

Diego Sánchez, un momento de "calentón" y una certeza: "La palabra ascenso no da vértigo"

"Abelardo es mi padre futbolístico y Miguel Ángel Ramírez me ha transmitido una confianza que te muestra qué clase de persona es"

Diego Sánchez, en el vestuario  de El Molinón. | |  MARCOS LEÓN

Diego Sánchez, en el vestuario de El Molinón. | | MARCOS LEÓN / Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Cada vez que le reclaman, cumple con nota. Diego Sánchez Pérez (Avilés, 2003) volvió a demostrarlo la pasada jornada, ante el Valladolid. En una temporada difícil para hacerse hueco en la sólida defensa del Sporting, el canterano tuvo la oportunidad de irse cedido durante el pasado mercado invernal al Burgos, rival mañana del conjunto rojiblanco. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA antes de un partido en el que opta a mantener la titularidad con el objetivo de recuperar el protagonismo del que Miguel Ángel Ramírez le advirtió ante la insistencia de Michu por ficharle. "Todo el mundo me dijo ‘quédate’. Y cuánto te lo dicen será por algo", recuerda de aquellos últimos días de enero.

–Su padre fue futbolista. ¿Qué significa para usted?

–Todo. Es mi ejemplo desde siempre. Siempre me influenció para bien. Me puso los pies en el suelo. Por así decirlo, me frenó el subidón, me decía: "Estate concentrado en lo que tienes que estar".

–¿Le aprieta más por ser exjugador?

–Sí, sí, siempre me apretó (risas). Vio que, bueno, año a año iba siendo un paso más. No le di mucha importancia, porque siempre estaba centrado en los estudios. Cuando llega la etapa del filial, dimos un paso más... nos centramos sobre todo en el fútbol. Ahí me apretó más porque en cualquier momento me podía llegar la oportunidad. Porque a él le pasó. Le pasó y no tuvo suerte. Pero sabía que podía pasar: que si teníamos ese puntito de suerte las cosas podían ir más o menos bien.

–¿Habla mucho con él de fútbol?

–Sí, pero en la primera vuelta como me vio jodido me apoyó. Pero me dio mi espacio porque no quería agobiarme. Y ahora que las cosas están saliendo bien... Pues al final los dos somos muy futboleros. Hablamos mucho de fútbol.

–¿Cómo de orgulloso está?

–Muy orgulloso. Toda mi familia, en general. Pero sé que a él le hace incluso más ilusión que a mí. Para qué le voy a mentir. Le debo todo. Es una pasada. Se lo merece. En etapas jodidas estuvo ahí. Esto es un subidón para todos. En momentos no tan buenos que tiene cualquier familia verme ahí en el campo ha sido un subidón.

–¿Cómo son sus inicios?

–Empecé jugando en Los Campos, un club que fundó mi abuelo.

–Tradición futbolera total.

–Sí, sí. Ahí hice dos años buenos, estaba con los de un año más y llamó el Sporting.

–¿Quién le llama?

–Rogelio. A mí me firma Rogelio. Le estoy muy agradecido. Además, me escribe siempre. Tenemos muy buena relación.

–En su carrera hay una figura clave: el Pitu. Llega un momento en el que tira de usted.

–Es mi padre futbolístico. Desde el primer momento me apoyó. Confió en mí muchísimo. Solo tengo palabras de agradecimiento. Como persona es una pasada. Me hizo crecer mucho como jugador además.

–¿Ha apartado los estudios?

–No. Sigo estudiando. Lo hago a distancia. El año pasado empecé una Ingeniería. Complicada, la verdad. Pero tengo pensado para el año que viene empezar Psicología. La Ingeniería a distancia se complica un poco. Sobre todo, el primer año. La tengo ahí, apartada un poco. Pero el año que viene tengo pensado meterme ya con Psicología.

–¿Por qué Psicología?

–Porque en este mundo lo veo muy necesario. Sobre todo, para el tema de desahogarse. Un jugador pasa por momentos no tan fáciles, y creo que me puede venir muy bien personalmente. Es interesante y a largo plazo me va a ayudar.

–Como en la primera vuelta.

–Pues tengo que confesar que sí, que al principio fue difícil. Van pasando partidos, van pasando y ves que no entras. Al final, piensas más en el equipo que en uno mismo. Por una parte, es complicado porque acabas bien la temporada pasada y crees que puedes tener más protagonismo. Pero tienes que tener la cabeza fría. Hay momentos de calentón, que todos tenemos. Pero hay que dejarlos apartados en el día a día. Pensé en el equipo y en qué era lo mejor para el equipo.

–¿Llegó a pensar que quizá debía salir cedido?

–No, no es que lo pensase, es que llegó la oportunidad. Llegó y, al fin y al cabo, el míster me dijo: ‘Vas a tener minutos, eres importante’. Me dio esa confianza. Es cierto que cuando uno no tiene minutos piensa ‘igual puedo crecer más si...’. Pero al final el club apostó por mí. Todo el mundo me dijo: ‘Quédate’. Si te dicen eso, será por algo.

–Le llama un equipo que está haciendo las cosas bien como el Burgos. Suponía continuar en el fútbol profesional y en un club bien dirigido.

–Es cierto que te lo puedes llegar a plantear. Pero el club me dijo desde el primer momento que confiaba mucho en mí y que si seguía así podrían llegar los minutos. Cuando ves esa confianza, al final uno se lo plantea menos. Un club tan grande como es el Sporting, estoy en mi casa, tengo aquí a mi familia... Estoy muy cómodo aquí.

–¿Llegó a hablar con Michu?

–Sí.

–Miguel Ángel Ramírez ha demostrado que no iba de farol. Está siendo importante.

–Sí. Me transmitió una confianza que te dice mucho qué clase de persona es. Ahora es verdad que están llegando lesiones... Por otra parte, espero que no lleguen. Si puede ser entrar sin lesiones, mucho mejor. Se están dando minutos y estoy dando nivel.

–Creo que Gerardo García, director de gestión deportiva, también le trasladó su confianza.

–Sí. En verano ya hablé con él. Pero sobre todo en invierno. Me dijo: ‘Sigue así en el día a día. Eres importante’. Fue muy importante. Igual que el míster. O el presidente.

–El gol contra el Granada...

–(Diego sonríe) Puede ser un punto de inflexión muy grande desde que estoy aquí (por el primer equipo). Fue el punto de inflexión para dar ese saltito y crecer.

–¿Durmió algo esa noche?

–Poco, poco (risas).

–¿Cómo se gestiona este cambio en su vida? ¿Se le sube a la cabeza el verse jugando con el primer equipo y siendo importante tan rápido?

–Para nada. Sigo siendo la misma persona. En casa me lo inculcaron así. Desde dentro pienso siempre que sigo siendo la misma persona. La gente que me conoce opina como yo. No quiero cambiar. No quiero que se me suba nada a la cabeza. Quiero seguir siendo humilde.

–¿Es difícil pasar de ir a El Molinón con sus amigos a estar en el otro lado?

–Depende de la personalidad de cada uno. Para mí no fue difícil. Lo tomé con naturalidad. Le puede pasar a cualquiera. Esa transición fue natural y normal. Es verdad que fue muy rápido todo: al principio cuesta un poco habituarse al ritmo. Pero no fue difícil. Ni se me subió. Ni tuve aires de ser alguien que no soy.

–¿Y a nivel de exposición?

–Es normal, pero sí. Al final notas que por la calle te conocen de vez en cuando. A mí me gusta pasar desapercibido. Pero es cierto que a veces te conocen y te piden fotos. Al principio me hacía hasta gracia.

–Si fuese por usted... Imagino que le gustaría pasar desapercibido, claro.

–Sí. Soy una persona... Bueno ya no tanto. Pero al principio tímida. Y me gusta pasar desapercibido. Pero no hay ningún problema.

–¿Central o lateral?

–Bueno, siempre fui lateral, pero esta temporada estoy más como central. Llevo entrenando ahí todo el año. Me encuentro muy cómodo. Tanto en línea de tres como de cuatro. En línea de cuatro al principio me costó un poco más. Porque puedes estar un poco más expuesto que en línea de tres. Pero con el día a día estoy cogiendo conceptos. Puedo jugar en las dos posiciones, aunque siempre fui lateral.

–En el primer equipo están Queipo y Nacho Martín.

–Son un apoyo muy grande. En momentos de la temporada pasada o en la primera vuelta donde no participamos todo lo que quisiéramos, nos apoyamos entre nosotros. Los tres somos muy humildes y muy tranquilos.

–Creo que el Cali está muy encima de usted.

–Todos sabemos el peso que tiene dentro del equipo. Me tendió la mano para ayudarme siempre. Siempre me aconseja muy bien. Además, ahora estoy en su posición y aprendo.

–Si le pido en una palabra describir a sus compañeros... ¿Se atreve?

–Sin problema.

–Cali.

–Sacrificio.

–Insua.

–Muy bueno (risas). A ver qué le digo: completo.

–Róber Pier.

–Calidad.

–Pascanu.

–Polivalencia.

–¿El pequeño bache ya es pasado?

–Ya es pasado hasta Valladolid. Vamos semana a semana, partido a partido. El equipo tiene mucha confianza en sí mismo. Y podemos dar ese saltito. La Segunda es larga. Si nos hacemos fuertes en casa y sumamos fuera, vamos a estar ahí.

–¿Da vértigo la palabra ascenso?

–No, ninguno. Todos sabemos lo que es el Sporting: es uno de los clubes más importantes de España. Y la plantilla que tenemos. No nos da ningún miedo. Venimos de años complicados. Pero no da miedo la palabra ascenso.

Suscríbete para seguir leyendo