Irarragorri hace piña antes de un partido clave: asado para todos en Mareo

El dueño del Sporting invita a una parrillada a los trabajadores del club rojiblanco en su vuelta a Gijón

David Guerra y Alejandro Irarragorri, ayer, en Mareo. | M. León

David Guerra y Alejandro Irarragorri, ayer, en Mareo. | M. León / A. Menéndez

A. Menéndez

Un asado de confraternización. Alejandro Irarragorri "invitó" ayer a todos los trabajadores y trabajadoras del Sporting a una barbacoa. La comida se degustó en plenas entrañas de la Escuela de Fútbol de Mareo, en la zona de atrás de la cafetería, renovada en la última fase de la obra con CVC. El encuentro se celebró a partir de las dos del mediodía, a la salida de los jugadores del primer equipo y de los medios de comunicación que acudieron a la rueda de prensa de Miguel Ángel Ramírez de las instalaciones. Con Mareo ya más calmado.

La vuelta a Gijón del mandamás de Orlegi Sports, grupo que controla al club gijonés, reunió a decenas de empleados de la entidad en torno a una comida de familia rojiblanca. Al encuentro asistió prácticamente la totalidad del personal del club sportinguista. Hubo, eso sí, una excepción para una rama del club, lógica por otro lado: los únicos que no comieron el asado fueron los jugadores, que a esa hora ya estaban fuera de las instalaciones tras completar la última sesión de entrenamiento. Esta noche todos tienen partido (a las 21 horas en El Molinón ante el Alcorcón), y se da por hecho que ingerir esa comida 24 horas antes de un encuentro –este además es muy relevante– no es la mejor idea para la alta competición. Irarragorri liderará la representación del Sporting desde el palco presidencial. Con él estará Luis Miguel Pérez, una figura esencial para el grupo mexicano, y una persona de la máxima confianza del presidente.

El resto de trabajadores de la entidad gijonesa acudieron a la cita, preparada con mimo durante toda la mañana por el personal de la cafetería, que dedicó gran parte de los esfuerzos a que todo estuviese perfectamente cuidado. El asado es ya una costumbre en Mareo con la llegada del grupo mexicano como una excusa para que todos los miembros del club, independientemente de la parcela que ocupen o categoría, pasen tiempo juntos.

En su regreso a Gijón, el dueño del Sporting estuvo acompañado de su hija (Fernanda), se mantuvo en todo momento pegado a David Guerra, su persona de confianza en el club rojiblanco, y repitió su rutina de trabajo habitual en sus estancias en Asturias: varias reuniones para recopilar toda la información al detalle, seguimiento del entrenamiento del primer equipo al que incluso vio desde las alturas (desde la azotea) junto a Joaquín, Guerra y Luis Miguel Pérez. Luego la comida en las instalaciones, y más trabajo de oficina.

La crisis de la candidatura "Asturias 2030" no ha virado sus planes en la ciudad, pese a que su último viaje coincidió con la presentación del proyecto mundialista de El Molinón. La visita del primer ejecutivo del grupo mexicano estaba fijada desde hace varias semanas, por lo que no responde a ningún gabinete de crisis ni a un motivo concreto que el mandatario desee atajar de forma inminente.

Suscríbete para seguir leyendo