El Sporting se arma de razones: la doble explosión y el trabajo para controlar la "variable invisible"

Las últimas dos victorias elevan la confianza del vestuario y El Molinón con el ascenso directo a tres puntos

Los jugadores del Sporting, tras el gol.

Los jugadores del Sporting, tras el gol. / Juan Plaza

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Ha resurgido con fuerza para renovar su aspiración a todo. El Sporting vive un momento dulce tras encadenar dos victorias consecutivas en el momento en el que todo se aprieta más que nunca. Los triunfos en Miranda de Ebro y ante el Cartagena en El Molinón han vuelto a meter de lleno a los gijoneses en la pelea por el play-off y acortar la distancia con el ascenso directo a tres puntos. Si la visita a Anduva parecía un duelo a vida o muerte para poder mantenerse en el tren de los que luchan por volver a Primera, el equipo se muestra más vivo que nunca apoyado en la explosión de jugadores como Nacho Martín y Mario González. El calendario promete, aún, muchas curvas.

"Ni firmo el empate en Elche, ni el play-off", recordó Miguel Ángel Ramírez tras el encuentro en El Molinón en un nuevo ejercicio de ambición. El entrenador del Sporting lo había pronunciado por primera vez mucho antes, allá por el mes de enero. Entonces, los gijoneses navegaban con firmeza entre los seis primeros y venían de ser protagonistas incluso, durante varias semanas, en las plazas de ascenso directo. La idea, pese a ver al equipo sacudido por la peor racha de resultados, se mantiene intacta en la cabeza del entrenador canario. Por el camino, muchos nervios y algún momento de tensión que parece enderezarse. Al menos, de momento. Ver a El Molinón volcado con el equipo como en el último partido en casa siempre es un termómetro perfecto tras varias semanas de algún silbido y una atmósfera de permanente duda.

El Sporting también ha conseguido sacudirse otros fantasmas. Los mismos que le llevaron a vivir varios partidos en el más absoluto agarrotamiento, con el peso de terminar siendo una losa para evitar la derrota. Incapaz de vencer los nervios y superar la tensión que va a caracterizar el final de temporada se vio al equipo ante rivales como Amorebieta y Racing de Santander, por citar algunos de los más recientes. La presión es una variable invisible que apunta a ser un mayor obstáculo que los propios rivales, para acabar de elegir a los cuatro equipos que disputarán el play-off y los dos que darán el salto de categoría de forma directa. Sin ante el Racing se vio a un conjunto rojiblanco remontado en los últimos minutos, y ante el Amorebieta se tocó fondo a domicilio con la cuarta derrota consecutiva, la confianza ahora vuelve a llenarse gracias a dos últimos encuentros donde se ve a un equipo que quiere y puede vivir en los pisos altos de la clasificación.

En Miranda, el Sporting se sobrepuso al empate y un penalti en contra para ganar en la segunda parte. Ante el Cartagena, no cayó en la frustración de ver dos balones estrellados en el palo y supo defender su ventaja y la portería a cero en medio de una fase final de partido con el rival apretando más que nunca. No fue nada fruto de la casualidad. La semana contó con la preparación habitual a nivel técnico y táctico, y el añadido de un refuerzo en el que se venía trabajando en jornadas anteriores. Miguel Ángel Ramírez pidió al vestuario un grado más de valentía, mantenerse fieles a lo que les ha llevado a luchar por el ascenso. En definitiva, tener confianza, creer. Se trabajó de manera individual y colectiva. Charlas, consejos y el apoyo de veteranos como Cali, Roque y Gio Zarfino.

Si Cali, Roque y Zarfino saltaron en la fase final del encuentro para aportar, desde sus años de fútbol, el oficio necesario para hacer al grupo quitarse de encima los nervios, hay dos nombres propios que han contribuido a sumar en lo futbolístico de manera notable. Se vio ante el Cartagena lo que empezó a asomar ante el Mirandés. Nacho Martín y Mario González subrayaron su buen momento el pasado sábado. El canterano, como asistente del tanto de la victoria (la segunda esta temporada, tras la protagonizada ante el Amorebieta para romper líneas y dejarle a Otero el remate en bandeja). El burgalés, como goleador. Una semana antes, el propio Mario hizo su primer gol como rojiblanco, el de la liberación. En el caso de Nacho Martín, su aplomo para pedir el balón cuando a otros le queman e interpretar los momentos del juego le ha llevado a parecer un veterano. En definitiva, el Sporting se arma de razones para un calendario final en el que tendrá que medirse a cuatro de los equipos que, como él, luchan por el ascenso (Elche, Espanyol, Leganés y Eibar), y a otros dos inmersos en la permanencia (Villarreal B y Andorra), además del Eldense, que parece tener ya todo resuelto, tanto por arriba como por abajo.

Suscríbete para seguir leyendo