Utrera (Sevilla)

Una mujer de 83 años se convirtió el viernes en la vigésima quinta víctima de la violencia de género en lo que va de año, después de que su marido, un hombre de 79 años con problemas mentales, la cosiese a puñaladas en la barriada Madre Carmelita, en Utrera (Sevilla). La apuñaló catorce veces, seccionándole la yugular, lo que provocó la muerte irremisible de la mujer.

El homicidio se produjo a las nueve y media de la noche del viernes en el domicilio utrerano de la pareja -que no tiene hijos-, cuando Antonio A. O., «que padece una fuerte depresión», apuñaló a su esposa, Consuelo C. O., hasta la muerte.

Del presunto homicida no constan ni antecedentes penales ni ninguna denuncia anterior por malos tratos. Poco después del asesinato, los agentes de la Benemérita detuvieron al sujeto, que ya ha pasado a disposición judicial.

El homicida llamó a sus tres sobrinos tras cometer el crimen para avisarles de que había acabado con la vida de su esposa. Tras recibir la llamada de su tío, los sobrinos, que eran los familiares más cercanos del matrimonio, se acercaron al domicilio conyugal y comprobaron que la mujer había muerto, por lo que avisaron a los vecinos, que fueron quienes llamaron a la Policía Local. El alcalde de Utrera (Sevilla), Francisco Jiménez, lamentó el homicidio e indicó que «según los datos, no es un caso de violencia de género, sino que fue un acto fruto de un momento de enajenación».