París, Agencias

Los ladrones de arte se han puesto las botas en la segunda mitad del año. Este mismo fin de semana, se denunciaba en Francia la sustracción de una treintena de cuadros de importantes pintores como Picasso o Rousseau, cuyo valor ronda el millón de euros. Las obras fueron robadas del domicilio de un coleccionista particular en la localidad de La Cadière d'Azur, al sudeste de Francia.

El robo tuvo lugar en la noche del miércoles pasado, cuando el propietario de la casa se encontraba de vacaciones en Suecia, y fue descubierto por uno de los vigilantes. Los autores del robo rompieron una ventana para introducirse en la casa. La sustracción se conoce al poco de haberse denunciado la desaparición de un cuadro de Edgar Degas del Museo Cantini de Marsella, valorado en 800.000 euros. El cuadro, un pastel titulado «Les choristes», forma parte de los fondos del parisiense Museo d'Orsay, que lo había prestado al centro marsellés para una exposición temporal.

Por esta sustracción ha sido detenido un guardia del establecimiento. Tras pasar la Nochevieja en Comisaría, el vigilante fue finalmente liberado sin cargos ayer por la mañana. La desaparición seguía siendo un misterio ayer. De momento, la Policía Judicial y el organismo especializado encargado de la investigación parecen disponer de pocas pistas para explicar el robo. Nada más descubrirse la ausencia del cuadro, el jueves, poco antes de las diez de la mañana, el centro cerró sus puertas al público para poder registrar las instalaciones. Los primeros interrogatorios apuntan a que el cuadro desapareció de madrugada, entre las cinco y las siete, según la agencia «France Presse», momento en el que se encontraba de guardia el vigilante de noche detenido y luego liberado.

Por lo demás, la pintura parece haberse evaporado. El sistema de alarma quedó mudo durante toda la noche y no se han descubierto huellas de que haya sido forzada ninguna entrada, por lo que no se descarta que el o los ladrones contaran con algún cómplice entre el personal del establecimiento. El pequeño tamaño del lienzo, de 32 centímetros por 27, podría explicar también la facilidad con la que se le ha perdido el rastro. La fiscalía de Marsella no descarta ninguna pista.

Los robos cierran una segunda mitad de año 2009 muy rentable para los ladrones de arte. El pasado mes de noviembre se conoció la sustracción de la litografía «Separación II», del pintor impresionista noruego Edvard Munch. El robo había sido mantenido en secreto por deseo expreso del dueño de la galería y saltó a la luz cuando Interpol lo incluyó en su lista de obras de arte robadas. «Separación II», valorada en unos 2,5 millones de coronas noruegas (unos 300.000 euros), muestra un motivo conocido en la obra de Munch: un hombre y una mujer separándose, con una playa de fondo. La Policía noruega sigue buscando a los autores del robo de «Historia», otra litografía de Munch sustraída en Oslo también en noviembre y valorada en 2 millones de coronas noruegas (unos 240.000 euros).

No se trata de los únicos cuadros del pintor expresionista robados recientemente: el 22 de agosto de 2004 dos enmascarados penetraron en el Museo Munch, en el centro de Oslo, en pleno día y amenazaron con una pistola a los guardas y a los visitantes para llevarse «El grito» y la «Madonna». La Policía noruega recuperó las obras dos años después, aunque con daños irreparables, en una operación desarrollada en los alrededores de la capital. El museo Edvard Munch de Oslo volvió a exhibirlas este otoño. En septiembre fueron robados también los grabados «Minotauro, bebedor y mujeres» y «El pintor y la modelo», de Picasso; el óleo «Mujeres en la ventana», de Di Cavalcanti, y un guache titulado «Casal», obra del artista brasileño Segall. Todos fueron sustraídos en el Museo de São Paulo. El valor de las piezas ronda los 400.000 euros.

También en septiembre los amigos de lo ajeno robaron una valiosa colección de obras de Andy Warhol en un domicilio de Los Ángeles. Entre las piezas se incluyen diez representaciones de famosos deportistas, como Mohamed Alí y O. J. Simpson, realizadas por el artista a finales de los años setenta, así como un retrato del propio coleccionista. El valor exacto de la colección que ha desaparecido se desconoce, pero se habla de miles de millones de dólares. La Policía paga a millón de dólares las pistas.