Puerto Príncipe (Haití), Agencias

En medio del drama humano más absoluto, aún hay quien se lucra de la desprotección y el dolor ajeno. UNICEF, el organismo de Naciones Unidas para la protección de la infancia, denunció ayer el secuestro de al menos 15 niños huérfanos en hospitales de Haití. «Lamentablemente hemos constatado el rapto de 15 niños en diferentes hospitales de Haití y sospechamos que han sido secuestrados por redes de trata a través de Santo Domingo», afirmó en rueda de prensa Jean Claude Legrand, asesor de protección de la infancia de UNICEF. Tras el seísmo, hospitales y centros de acogida se han visto desbordados por el alto número de huérfanos.

Ante esta denuncia y la respuesta masiva que ha provocado la llamada a la adopción, España propondrá a los países europeos la creación de un marco legal común para regular y acelerar las adopciones internacionales. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se reunirá el próximo lunes con los ministros del ramo de los 27 para tratar de establecer la «respuesta conjunta» europea respecto a la especial situación de Haití.

Desde que se produjo la catástrofe, agencias de la ONU han alertado sobre posibles casos de trato de niños para adopciones, por lo que han centrado sus esfuerzos en vigilar a los menores que vagan por Haití y en aplazar los procesos de adopción. «Las redes existían previamente en Haití y eran bastante activas, raptando niños y entregándolos al mercado internacional de adopciones. Lo que ocurre siempre es que cuando hay una catástrofe, las redes tratan de aprovecharse de la fragilidad del Estado y de los sistemas de control», explicó Legrand.

UNICEF ha establecido hasta la fecha 20 puntos de acogida a menores no acompañados y atiende a unos 2.000 por día, pero el objetivo es poder llegar a 4.000. Además, el organismo no sólo está preocupado por la suerte de los niños, sino también de chicas jóvenes que trabajan como empleadas domésticas y que pueden ser susceptibles de caer en manos de las redes de trata de blancas. El Fondo de Naciones Unidas para la Población recordó que antes del terremoto, Haití era el país del mundo más peligroso para que una mujer diera a luz, una situación que se ha agravado tras la catástrofe.