Oviedo/Madrid,

Agencias, M. J. I.

El robo por el método del butrón sufrió ayer un duro golpe en España con la desarticulación de dos bandas de expertos en el empleo de la «lanza térmica» para reventar cámaras acorazadas. Entre los 17 detenidos, acusados de cuarenta delitos y en libertad con medidas cautelares, se encuentra Raúl G. C., alias «Taca», considerado un especialista en abrir cajas fuertes con lanzas térmicas y en desactivar alarmas en tiempo récord. Otro de los arrestados es Jonathan M. A., conocido como «El Piojo», de 23 años, a quien los investigadores sitúan como cabecilla de una de las dos organizaciones.

El «Taca», madrileño del barrio de Villaverde, casado y con hijos, reconoce ante la Policía que tuvo que cambiarse de casa debido a las largas colas de «contratadores» que se daban cita en su puerta para reclamar sus servicios. Los agentes aseguran que en España no hay muchos profesionales del butrón como «Taca», como mucho nueve o diez. El resto, aficionados.

Él alimenta la leyenda: «Soy el mejor, lo que otros tardan 45 minutos, yo lo hago en un cuarto de hora». Así se jactaba el «maestro butronero» hace poco menos de un año, tras ser arrestado en otra operación. La elevada cotización del oro como valor refugio en tiempos de crisis, que ya alcanza los 40 euros el gramo, ha puesto de moda el butrón, un método limpio y sin violencia que garantiza a los ladrones cortas estancias en prisión pero un altísimo tren de vida.

La comisión de hasta el 30 por ciento en cada actuación, le ha propiciado al «Taca» un suculento patrimonio integrado por tres chalés y un apartamento en la costa, además de coches de alta gama, una colección de motos, quads, relojes de marca y joyas.

De cara a la galería, regentaba un negocio de compra-venta de vehículos, a todas luces insuficiente para su vida de lujos. En los registros realizados en sus viviendas el pasado verano, la Policía encontró todos los útiles de su oficio: ocho bombonas de hidrógeno y oxígeno, guantes de protección, sierras radiales y un inhibidor de frecuencias empleado para anular las alarmas de los locales.

En junio de 2011, fue arrestado en Valencia cuando planeaba varios golpes en joyerías y ya tenía en su poder los planos interiores de varios establecimientos de la ciudad. Su butrón «más potente» fue en Toledo, cuando se vio obligado a practicar seis agujeros consecutivos hasta alcanzar la caja fuerte de una joyería. En su periplo, el detenido no dudó en atravesar una oficina de seguros, varias entidades bancarias cerradas y una tienda de telefonía móvil.

«El Piojo» es otro viejo conocido de las fuerzas de seguridad. Las fuentes consultadas le definen como un delincuente escurridizo a pesar de su edad. Entre los detenidos también se encuentra su hermano Iván M. A. de 26 años de edad. Las investigaciones relacionadas con la operación de los butroneros se iniciaron en octubre del año pasado, después de que la Policía lograse la identificación de los autores de un robo de cuatro vehículos de alta gama de un concesionario en Zaragoza por parte de la banda del Piojo. Tanto él como el resto de los arrestados, todos de nacionalidad española, tienen numerosos antecedentes policiales, a pesar de lo cual han quedado en libertad con cargos tras ser puestos a disposición judicial.

La investigación de esta banda de butroneros determinó que este grupo también era el responsable de otros cuatro robos con fuerza en la provincia de Zaragoza y otros dos más en Madrid, siendo uno de estos el asalto a un representante de joyería en plena luz del día. Los implicados vigilaban los comercios en los que iban a robar, en los que llegaban a entrar simulando ser empleados de empresas de telefonía para localizar los sistemas de alarma.