La repercusión del programa Pesadilla en la Cocina de Chicote que se emite desde hace siete temporadas en La Sexta ha hecho que muchos de los propietarios de los bares que el famoso chef trata de salvar se conviertan en auténticos protagonistas de la actualidad. Pero algunos aseguran que todo lo que sale en el programa está “exagerado”. Tanto que entre todos han creado una asociación de “afectados” por el programa. Los propios portavoces de esta asociación aseguran que siete de cada diez locales de hostelería que intenta rescatar Alberto Chicote acaban cerrando sus puertas.

Y razón no les falta a juzgar por lo que sucedió con el último local que fue protagonista de este programa: el Rusiñol, un bar en el que Chicote casi acabó vomitando y que no resistió ni dos semanas después de que el programa pasara por allí. Y todo a pesar de que, como hace siempre, Chicote se esforzara en cambiar la carta y encima todo su equipo acabara modificando también el “look” del local.

Los comentarios de los últimos comensales que estuvieron en el local no dejan lugar a dudas: no era una buena idea ir a comer allí. Ni tan siquiera pasarse. “Sólo buscábamos un filete con patatas. Al sentarnos abrimos Tripadvisor y vimos que los comentarios eran pésimos. Pensamos en levantarnos pero luego dijimos que exageraban. Fue un error. Los fieles duros, el arroz frío, sólo se alababan las patatas fritas. La peor comida de mi vida me costó 36 euros”, afirmaba un comensal. No era el único.

“Un desastre total. La relación calidad precio es muy cara y desde las tres hasta las cuatro y cuarto que nos empezaron a atender… Y todo por 34 euros el menú”, enfatizaba otro. “Jamás hemos recibido un trato tan malo”, concluyó otro. “Fue un servicio pésimo y el cochinillo estaba muy malo”, concluyó otro.

Parece que lo poco contentos que quedaban los clientes fue lo que acabó costando el futuro del bar que ni tan siquiera con la fama de la tele logró remontar. Cabe destacar, eso sí, que los capítulos que ahora hemos podido ver llevaban meses grabados y que La Sexta los tuvo durante varios meses en un cajón se cree que para no quemar el formato de éxito de Chicote.