Así es la vida un año después de ganar Masterchef cuando se apagan los focos

Muchos todavía se acuerdan d eella

R. P.

Ana Iglesias fue, hace poco más de un año, la última ganadora de la edición de “anónimos” de Masterchef. Pero no ha seguido el camino que siguen habitualmente todos los que dejan el programa de cocina de la primera cadena de Televisión Española. No ha montado un restaurante ni tiene un negocio que tenga relación con los fogones.

En donde triunfa esta joven que cuenta con más de 200.000 seguidores en las redes sociales es en la venta de piezas de joyería de todo tipo. Tiene incluso su propia marca. Desde luego que la llegada a la televisión le ha servido como un gran altavoz para promocionarlas y para sacar nuevas.

Masterchef se ha convertido casi en un talismán para una menguada TVE. La cadena pública no lo está pasando bien en los últimos tiempos en lo que a audiencia se refiere. No en vano ya no compite cara a cara con otros grandes canales de imperios mediáticos como Antena 3 o Telecinco. Y en este sentido TVE sabe explotar bien el formato de los cocineros anónimos que buscan hacerse un hueco en el duro mundo de la cocina.

A lo largo del año se emiten, casi sin solución de continuidad, tres tipos de formatos de Masterchef: el de personas “anónimas”, el de famosos y el de niños, que es el próximo en estrenarse coincidiendo con la navidad.

Otros ganadores

¿Cómo se vive después de haber alcanzado la cima? Con la misma guía de vida. Esa es, al menos, la respuesta que seguro que daría a la pregunta Juan Manuel, el primer ganador de Masterchef España que fue al concurso con la idea de su padre en la cabeza de que podía conseguir todo lo que se propusiera y que salió de este formato convertido de camarero a gran repostero. Algo que, por otra parte, no es muy común entre los cocineros que en todo momento tratan de separar la repostería de la cocina.

Un simple vistazo a las redes sociales de Juan Manuel nos permite ver que es uno de los reposteros más de moda. No en vano los comentarios que los clientes le dejan en sus redes sociales hablan de lo bien que se lleva con ellos y de lo mucho que estos valoran sus creaciones. Sobre todo las llamadas “tartas de números”.