Avilés,

M. M. / I. G.

La nicotina mata, pero los «Celtas Cortos» ahí siguen, con nombre de cajetilla de tabaco y creando adicción. Eso sí, los pucelanos han cambiado y en sus conciertos ya quedan pocos de los de antes. Anoche llenaron el complejo deportivo de El Quirinal de público joven que se sabía al pie de la letra aquellos temas que les llevaron al éxito cuando la música todavía se vendía en «cinta». Las canciones de su último disco -«40 de abril»- son el resumen de una banda que pasó de «Jotillas de palentinos» al «Túnel de las delicias» y los recuerdos de una noche en la cabaña del Turmo un «20 de abril». Los «Celtas», eso sí, se crecen en el escenario y hacen turismo gracias a su música. Ayer les tocaba Avilés. Fue su primera vez.

«Asturias tiene un ingrediente especial que nos toca la fibra. En mi caso viví ocho años en Pravia y eso se nota. El paisaje, la humedad, el verdor... aquí todo es muy llamativo», sentenció Jesús Cifuentes, «Cifu», el vocalista de «Celtas Cortos», poco antes del concierto que, debido a la amenaza de lluvia, se trasladó de la pista de La Exposición a El Quirinal. La banda vallisoletana ofreció a su público temas principalmente de su último trabajo, aunque cedió a las peticiones del respetable. «Aunque queramos, de algunos temas no nos podemos librar», añadió Cifu.

Su repertorio, ideado especialmente para directos, incluyó 27 temas: unas dos horas de música en vivo, de la canción al instrumental para terminar, de nuevo, con canción. Y es que los «Celtas» se creen eso que cantan de «No nos podrán parar». Motivos tienen de sobra.

«Ahora tenemos un proyecto en mente que esperamos que salga adelante en el primer semestre del próximo año. Se trata de hacer un gira por distintos teatros con esos temas que nunca se tocan y otros que sí se tocan llevarlos en acústico», adelantó Óscar García, otro «Celta» de Valladolid. Eso sí, el dinero es el dinero. Y la música suena mejor con fondos. «Este año la crisis se nota un huevo. Hay menos conciertos y, algunos de los que hay, desaparecen por arte de magia. Ya han suspendido seis de esta gira», subrayó García. «Pero la maquinaria, aun así, siempre sigue funcionando», concluyó Cifu.

La banda pucelana actuó en El Quirinal junto a «La Sonrisa de Julia». El trío de pop-rock viene a Avilés para presentar su último trabajo, «Bipolar». Marcos Casal, vocalista del grupo, destacó que este disco «es más potente» que los dos anteriores. Minutos antes de subirse al escenario, el cantante se mostró orgulloso por ser parte activa del día grande las fiestas de San Agustín y destacó que «compartir escenario con los "Celtas Cortos", por lo menos, merece respeto». El también guitarrista de «La Sonrisa de Julia» estudió Filosofía en Oviedo durante cuatro años y, pese a ser cántabro, manifestó que «tiene un poco de asturiano».

Los vocalistas de ambos grupos vivieron en Asturias, el de «Celtas Cortos», en Pravia, y el de «La Sonrisa de Julia» estudió en Oviedo