Ables (Llanera),

Gonzalo BENGOA

Llanera regresó este fin de semana al medievo. El concejo lleva nueve años celebrando la fiesta de los Exconxuraos, declarada hace unos meses de interés turístico regional. El festejo rememora un lamentable capítulo que protagonizaron los vecinos en 1408, cuando fueron excomulgados por la Iglesia al negarse a pagar impuestos. Varios años después debieron pedir perdón peregrinando hasta Oviedo, vestidos con sacos y con ceniza en la cabeza. El recinto ferial del concejo, ubicado en la localidad de Ables, acoge los principales actos festivos, que incluyen varios espectáculos medievales destinados a todo tipo de público. La pasada noche se celebró la ya emblemática cena medieval, y después tuvo lugar el torneo del medievo. Los encargados de poner en escena el espectáculo son el colectivo «El Duque», de Valladolid, que lleva desde 1990 organizando este tipo de actuaciones.

El espectáculo se denomina «Tardes de torneo» y es la recreación de un torneo medieval, que interpretaron doce jinetes y amazonas, junto a otras dieciséis personas encargadas de la luz y el sonido. «Es un trabajo muy sofisticado con siete caballos como protagonistas», cuenta Javier Álvarez, director de la compañía. Y es que los caballos son «tan protagonistas como nosotros», destaca el responsable del espectáculo, quien añade que los caballos «saben trasmitir emociones y se meten perfectamente en el papel».

El colectivo inicia la recreación en un recinto decorado para crear el clima adecuado, y ayer el ferial de Llanera era un auténtico espacio del medievo. Siguiendo un guión preestablecido y como en una obra de teatro, el espectador puede seguir toda la trama que hace que finalmente los caballeros pugnen entre sí por una dama en el palenque.

La historia es sencilla. El rey de un territorio imaginario invita a todos los caballeros de su reino a participar en las justas, que tendrán lugar en el palenque del castillo. Un prólogo pone en antecedentes al espectador de la época a la que nos trasladamos. Entre tanto, una dama cabalga por el recinto. La amazona viste traje de época y monta a la antigua usanza, sentada con las piernas a un lado. Ella y su caballo avanzan haciendo figuras y pasos de alta escuela.

En el espectáculo aparecen más personajes. Un jinete del rey lee un bando en su nombre, invitando a todos los caballeros a reunirse en el palenque para pugnar por los favores de su hija. Como sucedía en los antiguos torneos, los caballeros adornados con sus mejores ropas exhiben ante el público la indumentaria y doma de sus corceles. Seis jinetes con sus caballos se encargan de esta escena, que ensayan una vez más por la tarde en Llanera, antes del estreno en el recinto ferial por la noche. También interviene el juez de armas. Se trata de un caballero que jura ante el rey que hará cumplir a los concursantes todas las leyes de caballería. Los juegos ponen a prueba la destreza de los adversarios con espadas, lanzas, cintas o jabalinas y, finalmente, mediante un torneo se decide quién tiene el derecho a recibir la prenda de la princesa.

Los intérpretes del espectáculo ensayaban en la tarde de ayer para que todo saliera a la perfección en su actuación de la noche. Muchos curiosos se acercaban y comprobaban los detalles del torneo, que «siempre llama la atención el público», destacan los actores. «Son muchas horas de trabajo para poco más de una hora», señala José Ignacio Casado, uno de los intérpretes. Los actores deben aprender esgrima teatral, reciben clases de doma y de artes escénicas. «Mucha dedicación e ilusión para que todo quede bien», señala Casado tras un descanso en el último ensayo. Y es que hay que conseguir que la gente se divierta, se entretenga y disfrute de un espectáculo «serio que se hace con mucha profesionalidad», matiza el grupo de actores que completan Roberto Catalina, Ana Esteban, Olga Burgos, Marta del Campo y Anabel Ferreras.

El público no les deja de aplaudir y se emociona con los espectáculos de «El Duque», que llegan a la treintena. Lo medieval parece estar de moda, y es que «en el fondo, a todos nos gusta buscar nuestras raíces», apunta el director, Carlos Álvarez. También hace otra reflexión: «A la gente le gusta la calidad, aunque un espectáculo coincida con un partido de España en el Mundial».

El espectáculo de anoche fue interpretado por el colectivo «El Duque», de Valladolid. Se denomina «Tardes de torneo» y es la recreación de un torneo medieval que interpretaron doce jinetes y amazonas, junto a otras dieciséis personas encargadas de la luz y el sonido. Se inicia la recreación en un recinto decorado para crear el clima adecuado. Se sigue un guión muy trabajado, como en una obra de teatro.