Gijón, K. GARCÍA BLANCO

Nicolas Ivanoff (Ajaccio, Córcega, 1967) lleva más de quince años realizando vuelo acrobático y cosechando triunfos en cada competición: cinco campeonatos europeos, cinco mundiales individuales y dos por equipos. El sábado se estrena en el festival aéreo de Gijón, en una avioneta «Edge 540.J.» patrocinada por la marca Hamilton. Y lo hace con unas ganas enormes de enamorar al público.

-¿Cuándo nace su interés por la aviación?

-Cuando era un niño quería ser piloto de motos, pero mi madre me dijo que era demasiado peligroso, entonces la alternativa fue hacerme piloto de aviones. Ya había construido muchas maquetas de aviones y dedicado muchas horas a mirarlos durante mi infancia.

-¿Y su pasión por las acrobacias?

-Durante muchos años tuve un trabajo como instructor de vuelo en la conocida escuela de vuelo « Corse Voltige» y ahí empecé a interesarme por las piruetas y comenzó mi pasión por los vuelos acrobáticos.

-Combina su faceta de instructor de vuelo con la disciplina acrobática. ¿Dónde se siente más cómodo, en el campo de instrucción o en el aire?

-Ambos son complementarios. Cuando vuelo solo hago lo que quiero. Pero cuando instruyo a otros pilotos tengo que estar pensando en lo que les pido y en hacer que lo entiendan. Esto significa que tienes que ser capaz de saber explicar, lo que mejora mi propia capacidad de volar. Algo que me gusta es que mientras enseñas tienes que hacer todo lo posible para desarrollar una relación con tus alumnos, para que ellos confíen plenamente en tus instrucciones cuando están volando mientras tu estás en tierra.

-Su palmarés habla por sí solo, cosechando títulos en mundiales por equipos, en solitario o en las famosas carreras «Red Bull Air Race». ¿En qué competiciones se siente mejor?

-Generalmente disfruto estando en el aire sin importar el tipo de competición y lucho por ganar siempre. Pero prefiero las carreras, tienes que realizar una ruta determinada en poco tiempo y es menos estresante que las competiciones puramente acrobáticas. En éstas otras tienes más libertad, pero requieren más preparación para realizar figuras e implica más riesgo. De todos modos, la mejor recompensa que puedo recibir es ver las sonrisas del público después de una de mis actuaciones. Es mejor que cualquier puntuación.

-¿Uno no se vuelve loco después de tanto giro?

-El hecho de haber empezado a hacer vuelos acrobáticos ya es en sí una locura? Volar y poner el avión boca abajo es una sensación increíble, estoy sentado en mi avión y veo la tierra por encima de mi cabeza, esta es mi vida. Ya debía de estar loco antes...

-Explique cómo es su visión artística sobre el vuelo acrobático.

-Creo que podemos considerar un espectáculo acrobático como un ballet clásico, pero en el cielo: cada vez trato de hacer todo lo posible para sorprender al público, no sólo con figuras complejas sino también con originalidad. A veces algo sencillo técnicamente puede tener un gran efecto en el público, especialmente cuando usas humo. Necesitas la ayuda del público para esto, a veces piensas que acabas de hacer algo realmente genial e impresionante y desde la tierra no se vio así.

-¿Cuántos años piensa seguir compitiendo y exhibiendo su buen hacer en la disciplina?

-Bastantes, porque convertirse en un piloto acrobático requiere mucho tiempo y experiencia. No entrenamos tanto como los jugadores de fútbol, así que los pilotos acrobáticos profesionales no somos tan jóvenes. Victor Chmal, un conocido piloto ruso, tiene ahora más de 50 años así que todavía tengo unos cuantos años por delante. Me encanta volar.

-¿Qué le parece la celebración de exhibiciones como la del Festival Aéreo de Gijón?

-Son siempre muy especiales para mí. Lo que a priori me gusta mucho del festival de Gijón es que se realiza sobre el mar y la playa de San Lorenzo. Creo que es un escenario precioso. Pero lo que lo hace realmente especial es la gran cantidad de público que asiste cada año y, además, que la gente que está en la playa no espera ver un espectáculo acrobático y se lleva una gran sorpresa. Espero que se enamoren de este asombroso deporte.

-¿Qué ciudad le gustaría sobrevolar?

-Como soy francés, me gustaría sobrevolar París el 14 de julio durante el desfile nacional. La última vez volé sobre Budapest y lo encontré realmente hermoso. También me gustaría volar sobre Ajaccio, mi ciudad natal. El escenario sobre el mar Mediterráneo es espectacular. Espero la misma belleza en Gijón.

«La playa de San Lorenzo es un escenario precioso para el Festival aéreo de Gijón»