Como si fuera una pasarela de arena y sal, en la que los paseantes hacen viajes de ida y vuelta, muchos turistas y vecinos deambularon ayer por la orilla de la playa de San Lorenzo. Las altas temperaturas, que rondaron los treinta grados centígrados, hicieron que el arenal gijonés pareciese la mismísima calle Corrida. Sin embargo, el calor, o al menos el sol, se irá de vacaciones por unos días y dejará a Asturias con nubes y precipitaciones hasta el viernes. Las máximas también bajarán. Para hoy se esperan de media 24 grados centígrados. Pero los asturianos aprovecharon al máximo la jornada, con "Lorenzo" como acompañante.

En Avilés, triunfó el parque de Ferrera. Y es que el verano no es sinónimo sólo de playa. O eso creen muchos de los usuarios del "pulmón verde" de la ciudad, esos que prefieren estirar sus toallas sobre el césped. En ocasiones, son las condiciones meteorológicas adversas las que hacen que los avilesinos se queden en la urbe. "Yo no soporto la arena cuando hay viento", asegura Marina Fernández, una de las habituales del parque, "que además está mucho más cerca de casa". Laura Gutiérrez también prefiere tumbarse en el "prao". "Hay menos gente, a mí que me miren me da igual. Yo lo que quiero es tomar el sol tranquila sin que me molesten los niños jugando en la arena o gritando", confiesa.

En Oviedo, hay muchos asturianos que agradecen que los termómetros bajen a partir de hoy. Otros, en cambio, como Elena Álvarez, prefieren disfrutar de las altas temperaturas. "Estoy encantada con el calor, me llena de vitalidad", comenta. Álvarez no es la única. Verónica Collado defiende el calor "siempre y cuando no esté trabajando". Para ella, si el tiempo acompaña, es más cómodo disfrutar de la playa, de las terrazas y del aire libre. Su amiga Sara Álvarez Fernández añade que "lo ideal sería que hiciera 'fresquito', pero el calor es necesario para la playa y para las fiestas de prao".

En Gijón, por su parte, fueron muchos los que ayer se perdieron durante horas entre la multitud de la playa. "Tenemos el hábito de pasear por aquí desde hace décadas. En estas fechas es muy típico y con este verano tan caluroso aprovechamos para dar un paseo por la arena mojada", afirma Alfonso Ruiz, natural de Gijón, mientras pasea por la orilla con su mujer, Alicia Blanco. Otros comienzan a saborear los dulces años de noviazgo aprendiendo a conocer lo que es andar por la arena de la villa. "Es un lugar con mucha vitalidad, muy tranquilo", señala Emma Sánchez.