Ni en los años en los que estuvo clausurado oficialmente el arenal por el peligro que suponía el desmoronamiento de la ladera, la playa de Peñarrubia dejó de tener bañistas. Pero los que antes eran "furtivos" han vuelto a ser, oficialmente, bañistas con todo derecho de la única playa nudista de Gijón. Y una de las pocas de Asturias, que precisamente por eso tiene auténticos incondicionales.

El arenal de Peñarrubia llevaba clausurado desde 2010, cuando una serie de argayos en el acantilado, alguno con heridos, hicieron ver el peligro que se cernía sobre los bañistas. Tras cinco años cerrada a la espera de una intervención en la ladera, esa llegó este año. Con una inversión de 700.000 euros y con el compromiso de la empresa Dragados de llegar a tiempo para la temporada de verano, se llevó a cabo una mejora en la sujeción del acantilado, además de una retirada de grandes cantidades de tierra para ataludar y fijar el terreno. Lo agreste de la zona y la dificultad de acceso hicieron necesaria la colaboración de un helicóptero para retirar la antigua malla de contención y el transporte de todo tipo de materiales de gran volumen. La obra también abarcó mejoras en la red de drenaje para que no se repitan las filtraciones de agua.

La actuación, pese a lo esperado, parece no contentar a todo el mundo. Gerónimo García, un ovetense asiduo de esta playa, afirmaba que "se nota que la seguridad ha mejorado, pero la obra ha durado muchísimo y parece que lo han dejado sin terminar. Aún falta una zona que es un riesgo y parte de la senda está sin rematar". Dos nudistas habituales de Peñarrubia, que prefirieron evitar dar su nombre, se muestran igual de desconfiadas con los resultados de la intervención. "Por el momento, las mallas evitan el peligro pero no sé lo que durarán porque la roca se cae y se acumula hasta que la red se rasga. Tendrían que haber hecho algo más a largo plazo", afirman. Su mayor queja, sin embargo, se debe a que "las duchas no funcionan, no han puesto papeleras ni salvamento, y tampoco han puesto letreros de que la playa se ha reabierto y que está prohibido traer perros".

Peñarrubia, pese a todo, se ha convertido en un buen reclamo para turistas. Mónica Flórez y Jorge Villaseñor han llegado desde Madrid para veranear en Asturias y en esta playa gijonesa encontraron una cala guapa "que no sea a las que va todo el mundo". Jack Kallewaard y Egbert Grootjam, holandeses, también están encandilados con el paisaje. "Estamos de paso por Asturias pero hemos decidido quedarnos por un tiempo porque nos encanta y nos hemos enamorado de esta playa", admitían.

Las cualidades que la hacen tan especial son muchas, como su buena orientación al sol, que la mantiene caliente hasta última hora de la tarde, que está resguardada del viento y que, al ser de piedra, sus aguas se calientan más al subir la marea. Una valoración positiva que los bañistas esperan que perdure. "Hasta ahora no se ha vuelto a caer ninguna piedra y parece que todo está mejor, pero habrá que verlo con el tiempo", decía Oliver.