"Estamos contentísimos, fue una de las mejores "descargas", podemos decir que este año fue el acabose". Así describió el presidente de la Sociedad de Artesanos, Juan Manuel Fernández, la "descarga" en honor a la Virgen del Carmen al momento de finalizar. Fueron 6 minutos y 12 segundos los que se alargó la tirada que lanzó al cielo cangués unos 80.000 voladores, 5.000 más que el año pasado.

La Virgen del Carmen fue puntual a su cita con los cangueses. Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde cuando el repicar de las campanas anunciaba la salida de la imagen de la basílica de Santa María Magdalena, en el centro de Cangas del Narcea, para regresar a su capilla en el barrio de Entrambasaguas de donde había salido a mediodía en procesión realizando el recorrido inverso. A las 20.15 horas, la Virgen a hombros de los fieles coronó lo alto del Puente Romano. Protegida por la farola, también conocida como girolina, disfrutó del homenaje que los cangueses tenían preparado para ella. Como es tradición, fue el presidente de la Sociedad de Artesanos el encargado de tirar el primer volador. El silbido de su ascenso fue la señal que los 400 lanzadores, acompañados de otros tantos apurridores, estaban esperando para acercar la mecha a sus voladores y llenar de varas y pólvora el cielo cangués. Pasados unos tres minutos del constante explotar de la tirada a mano, se prendió la primera de las máquinas en el Prao del Molín, la más cercana al río. Fue Tim Herrero, el encargado de recoger la Medalla de Oro de Artesanos otorgada a título póstumo a su abuelo Fernando Graña, quien tuvo el honor de dar fuego a esa primera máquina. Minutos antes de comenzar la "descarga" Tim Herrero no podía disimular el nerviosismo y la emoción que le producía poder dar inicio a la parte más fuerte de la tirada: "Desde el día en el que me lo dijeron estoy temblando, esto es algo que pasa una vez en la vida y es lo mejor que te puede pasar", confesó.

Desde ese pistoletazo de salida de la tirada mecánica, todo comenzó a salir según lo previsto. Se activaron las máquinas del Fuejo, luego continuó la segunda del Prao del Molín para dar el relevo a la situada en los Nogales y rematar, de nuevo desde el centro de Cangas, desde el Prao del Molín, con un apoteósico final. "Llevamos todo el año esperando, saldrá bien", aventuraba minutos antes Jesús Feito.

Los abrazos, las lágrimas incontenidas demostraban la felicidad que sentían tanto los invitados al ritual como los artífices del mismo al ver un año más que la oración más ruidosa en honor a su Virgen salía bien, incluso mejor, perfecta. "Fue una descarga muy continua y el remate final fue redondo", apuntó Juan Manuel Fernández mientras se felicitaba con el resto de compañeros de la Sociedad de Artesanos que no podían reprimir las lágrimas al ver que su creación, por lo que trabajan durante todo el año, volvía a congregar a miles de visitantes y conseguía impresionarles con una ejecución impecable. Aunque dentro de la Sociedad hay una máxima: la "descarga" nunca sale mal. "A pesar de que no lleguen a descargarse todos los voladores, descargan nuestros corazones", explicaba Pablo Fernández.

Lo que sorprendió a los tiradores fue su duración. Nadie esperaba que fuese a superar los seis minutos, ni siquiera a alcanzarlos. De hecho, durante los preparativos en el Prao del Molín, algunos de los socios hacían apuestas sobre el tiempo que estimaban que duraría este año y pocos se aventuraban a pensar que llegase a los seis minutos después de registrar el año pasado la duración más corta desde hace 30 años, cuando comenzó a cronometrarse, con 4 minutos y 59 segundos. El calor volvía a ser el protagonista de la jornada con los termómetros superando los 30 grados en muchas ocasiones, una condición que hace que la pólvora se dispare con mayor velocidad. Pero en esta ocasión el viento jugó un importante papel, su apenas presencia y que no corriese a favor del circuito que el fuego realiza en las máquinas hizo que la tirada pudiese mantener una cadencia perfecta. Al final se cumplieron las expectativas. Todo hacía presagiar que la Descarga de las fiestas del Carmen de Cangas del Narcea de este año sería memorable. Se daba la combinación idónea para poder disfrutar de ella: buen tiempo y coincidir su celebración en fin de semana. Esta conjugación hizo que miles de personas acudiesen a la villa suroccidental para vivir un espectáculo de pólvora único en el que se une la devoción de un pueblo por su Virgen del Carmen y su pasión por el estruendo de la pólvora al estallar en el centro de un valle que hace que su eco resuene en buena parte del concejo dando inicio a lo que para muchos cangueses supone el nuevo año.

"Esto es lo máximo, es parte de nuestra sangre", declaraba Vitorino Martínez, de la peña La Alpargata. El presidente de la peña El Chisquero, Sergio Collar, prometía una noche de fiesta "hasta que salga el sol".