Ni el mismísimo emperador Carlos V hubiese imaginado ser el protagonista de una representación como la que se vivió ayer en Tazones, un pueblo del concejo de Villaviciosa al que llegó el 19 de septiembre en 1517 y que cada verano homenajea que el príncipe (que se coronaría Rey el 9 de febrero de 1518) procedente de Flandes pisase por primera vez España en esta tierra. Con la edición de este año, ya van 36 representaciones consecutivas organizadas por la Asociación Cultural Primer Desembarco de Tazones con el objetivo de homenajear el evento más importante de la historia de esta localidad. Por ello y para deleite de los más pequeños, cada año se busca la manera de sorprender a los visitantes y sin duda, la espectacular lucha de caballeros vivida ayer quedará en la memoria del público.

Armados hasta la cejas, con escudos y ropa del siglo XVI sobre dos espléndidos caballos, los luchadores pasarían desapercibidos dentro de una batalla histórica. No fue así en Tazones, donde toda la localidad se situó alrededor de la playa para asistir a una auténtica lucha entre caballeros. El gran éxito de la tarde dio paso al verdadero protagonista: el desfile en el que se escenifica la llegada de Carlos V y en el que participan los habitantes más marchosos de Tazones y de las localidades cercanas. En esta ocasión, el emperador llegó a la playa -en vez de al puerto, debido a la bajamar- acompañado de su corte, donde fue recibido por los habitantes de la localidad, que muertos de miedo ante semejante despliegue (cuenta la leyenda que más de 40 barcos) se dispusieron a luchar contra los invasores. No fue así, pues al darse cuenta que se trataba del esperado príncipe lo arroparon con pescado y sidra para que cogiese fuerzas y continuase rumbo a Villaviciosa, como primera parada de un viaje que le llevaría hasta el trono de España.

Pero día de ayer en Tazones dio para mucho más y los asistentes disfrutaron con talleres artesanales, un espectáculo de cetrería, música en directo y juegos tradicionales como la rana o el disparo con ballesta de madera que sorprendieron por su originalidad. Por supuesto, no faltó la sidra ni la gastronomía asturiana. "Cada año se hace mejor y es muy importante para nosotros", comentó Susana Gallego, que disfrazada junto a su hermano Valentín, que no perdió detalle de las sorpresas que iba deparando la tarde. Cayetana Hidalgo, de 14 años, comentaba enfundada en su disfraz de aldeana que lo que más le gustaba era la recreación del desembarco. Para Miguel Sánchez, de 14 años, uno más entre los integrantes, ayer, de "la corte de Carlos V", lo mejor son "los puestos y los juegos tradicionales, sobre todo, el de la ballesta", donde disputaron su propia lucha Dimas Alonso, Carlos Vigón, Diego Balbín o Ramón Viñes. Viñes, de 9 años, cuenta que desde ayer su sueño es actuar como caballero en su pueblo: "Me encantaría, eso sí, si cojo la espada acabo con todos", bromeaba.

La primera batalla en la playa de Tazones reunió a todo el pueblo, que arengaron a voz en grito a los caballeros. La representación realizada por los actores de Las Águilas de Valporquero que se dividieron en dos equipo, el rojo (apoyando a don Bernardo del Carpio) y el negro (seguidores de don Fernán Pérez de Andrade) entusiasmó. La disputa contó con cuatro pruebas pero la más emocionantes de todas fue la batalla a muerte. Los caballeros se retaron frente a frente, y a la señal espolearon a sus caballos y se golpearon con sus lanzas. Tras el primer derribo comenzó una lucha con la espada. Venció el caballero rojo pero, sin duda, la verdadera victoria fue para la organización por el sonoro aplauso.

En palabras de Cristina Carnedo, presidenta de la asociación organizadora, la fiesta es una forma de homenajear el día en el que Tazones dejó su huella en la historia de España: "La recreación es muy importante para el pueblo. Es mucho más que una fiesta. Comenzó en 1980 organizada por los vecinos porque desde los años 40 se quería celebrar pero no nos daban permiso". En la misma línea apunta José Luis Campa, director de teatro Contraste, responsables de la puesta en escena del desfile: "Es algo exclusivo y único. Tuvo una importancia capital".