Los minerales están en los móviles, en la ropa, en los muebles, en las carreteras y hasta en nuestro propio cuerpo; en definitiva son inherentes a la vida, y sin embargo, siempre han sido los elementos más minusvalorados de la naturaleza. Impronta de la sociedad regional, se encargan de colorear el paisaje de una Asturias que es "verde de montes, pero no solamente negra, también es dorada, blanca, morada y roja de minerales".

Con esta particular versión del "Asturias" de Víctor Manuel, Belarmina Díaz Aguado, directora general de Minería y Energía, presentaba la 36ª edición de la Reunión de la Sociedad Española de Mineralogía (SEM), que ayer quedó inaugurada en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo. Acompañada del rector, Santiago García Granda; del presidente de la SEM, el jienense Juan Jiménez Millán; y de la profesora de Geología y organizadora del evento Ángeles Fernández, los cuatro daban la bienvenida a los cerca de 80 asistentes. Proceden de universidades y centros de investigación de toda España y parte del extranjero y pondrán en común hasta el próximo viernes sus investigaciones sobre la materia.

Por delante quedan tres jornadas de intensa actividad, en las que los participantes departirán, en más de cuarenta sesiones científicas de 15 minutos de duración. A las charlas impartidas por los propios asistentes a sus compañeros de labor, se suman siete conferenciantes de reconocido prestigio internacional en el campo, lo que hace de la reunión de Oviedo un acto ineludible para los mineralogistas de todo España. Y es que para su organizadora, Ángeles Fernández, "traer a los nacionales que han hecho carrera en el extranjero para que compartan sus conocimiento es fundamental ". Nacionales como el profesor emérito Enrique Merino, quien tras 50 años dedicado al estudio de los minerales en la Universidad de Indiana, visitaba ayer Oviedo para dar una ponencia sobre "dinámica del metasomatismo".

Pero también habrá lecciones sobre el terreno, impartidas en una excusión que ya han programado para el viernes a los yacimientos de talco de Puebla de Lillo, en León, unos de los más importantes del norte peninsular.

La mineralogía, que en palabras de Juan Jiménez, profesor de la Univeridad de Jaén, es "una ciencia que contribuye al avance de la sociedad", siempre ha estado muy ligada a Asturias. Y aunque esa unión entre ciencia y comunidad se debió sobre todo a la minería, Juan pronostica que seguirá perdurando: "Incluso los molinos de viento contienen elementos minerales".