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El descenso del Sella tiene su ruta en Coya

"Repetiremos", dicen los asistentes a la recreación de la primera bajada en piragua de Dionisio de la Huerta

El descenso del Sella tiene su ruta en Coya

El origen del Descenso Internacional del Sella está en Piloña. Lo dicen los vecinos de Coya, localidad en la que cada año veraneaba el fundador de la prueba deportiva, Dionisio de la Huerta. A ningún lugareño se le escapa que la primera excursión en piragua del catalán tuvo lugar desde Coya hasta Infiesto, por el río Piloña, hace ya ochenta y nueve años. Para conmemorar tan señalada efeméride, las miembros de la asociación "Roblón de Coya" impulsaron ayer la I Ruta Conmemorativa del Origen del Descenso cubriendo, esta vez a pie, parte de aquellos cinco kilómetros iniciales. El resultado no pudo ser más positivo: el tiempo acompañó y la cita contó con más de una treintena de caminantes de todas las edades, entre ellos miembros de la Asociación de Amigos de Dionisio de la Huerta. Por eso, los organizadores manifestaron su intención de dar continuidad anual al evento. "La acogida ha sido buena y pensamos repetir para que el grupo vaya engordando y que la gente conozca un poco de nuestra historia", apuntó el alcalde pedáneo, Arturo Valiente, quien además ejerció como guía. "A largo plazo nos gustaría incluso señalizar convenientemente los puntos de interés de la ruta porque puede ser un gran revulsivo", afirmó.

El punto de partida fue la iglesia, junto al Roblón que da nombre a la asociación vecinal de Coya. Desde allí los senderistas se trasladaron hasta la presa de La Granja, lugar de entrenamiento de Dionisio, según explicó Valiente. "Es una pena que del antiguo puente de salida de las piraguas casi ya no se conserve nada", dijo. La segunda parada tuvo lugar en Les Fontanines para reponer fuerzas comiendo un bocata. En la zona del Ravión el grupo se dividió en dos: los que estaban más cansados atajaron por la carretera de Sarpieu y el resto llegó a Puente Nueva por la senda.

El colofón a la jornada lo puso una visita a "La Huertona", la finca donde Dionisio pasaba el verano preparando el Descenso y redactando invitaciones para autoridades y piragüistas de todo el mundo con su máquina de escribir. La sorpresa final llegó cuando el acuarelista Valentín del Fresno donó una obra en la que se puede contemplar el centenario "Roblón" de Coya a la asociación vecinal del mismo nombre. "Es una recompensa a su unión y a ese esfuerzo que durante todo el año hacen por dinamizar la zona rural", aclaró. Entre los asistentes al "Paseo de Dionisio" se encontraba Mario Loredo, con cuatro años el más joven de la expedición ribereña. Su madre, Estela Arboleya, destacó las bondades de la ruta. "Me animé porque es apta para todos los públicos y nunca está de más hacer algo de ejercicio y estar en contacto con la naturaleza. Además, todo lo que sea recuperar la historia está genial. Repetiremos", concluyó esta vecina de El Berrón.

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