El casco histórico de Gijón se vio copado durante toda la mañana y parte de la tarde de ayer, y las tiendas de recuerdos y artesanía asturiana de la zona también notaron el impacto de este turismo efímero. Los locales de la plaza del Marqués se encontraban atestados de visitantes, algo "habitual cuando llegan grandes cruceros como este", comenta Sheila de la Fuente, empleada de Don Pelayo, una de estas tiendas de souvenirs. Y a ello han tenido que adaptarse los comerciantes. "Son clientes que vienen poco tiempo, pero compran mucho", apunta de la Fuente.

El "Independence of the seas" es el undécimo de los 17 cruceros que visitan Gijón este verano y atrajo ayer a 4.490 pasajeros que, tras visitar Le Havre, ciudad del norte de Francia, y Gijón, se dirigen a Bilbao para terminar este viaje en crucero de seis noches a través de la costa atlántica. Una visita menos duradera que el beneficio que suponen estos viajes para el turismo y la economía de la ciudad. Aunque siempre suene a poco.