El viento ha derrumbado el llamado «árbol de Ana Frank», un castaño centenario situado cerca de donde vivió la niña judía cuando se refugió en Amsterdam de los nazis. El árbol, que se encontraba en mal estado a causa de sus 150 años de edad, ya había sido objeto de polémica durante los últimos dos años, cuando asociaciones de vecinos se opusieron con éxito a la tala que había solicitado su dueño. Con ocasión de esa disputa, el árbol fue reforzado, por lo que en 2008 se pronosticaba que podría sobrevivir otros diez años. Situado en un jardín próximo a la casa en la que se refugió Ana Frank, la niña lo citó varias veces en su diario, por lo que el castaño tenía mucho valor emocional para los vecinos.