La familia Franco pasará sus vacaciones de verano en el pazo de Meirás, que ha sido cerrado al público durante un mes.

El secretario general de Cultura de la Xunta de Galicia, Antonio Fernández Campa, aseguró ayer que el cierre del pazo, ante la llegada de sus propietarios, se debe al incremento en el coste de la seguridad que supondría mantener las visitas mientras sus propietarios habitan el inmueble. Así lo aseguró en una entrevista a «Europa Press» en la que apuntó que fue la empresa de seguridad que opera durante las visitas la que comunicó a la Xunta la necesidad de poner en marcha «un refuerzo» en el dispositivo por la presencia durante agosto de la familia.

«Nosotros no estábamos dispuestos a hacer modificaciones que no supusieran incrementar el número de visitas», señaló Fernández Campa, que incidió en que la Xunta apostó por aumentar las visitas al mismo coste, dado que el principal objetivo del Ejecutivo autonómico es que las personas visiten el pazo.

En concreto, para paliar esta situación, el Gobierno autonómico ha modificado el programa de visitas, lo que permitirá que visiten el monumento 500 personas más que las inicialmente previstas.

Sobre la duda de si el cierre del monumento durante todo agosto contraviene la ley de Patrimonio Cultural, que obliga a abrirlo cuatro días al mes, Fernández Campa la rechazó, alegando que la normativa «tiene que interpretarse no siempre de una forma literal, sino conforme a las circunstancias».

Como ejemplo, señaló que los meses que cuentan con cinco viernes el edificio no permanece uno cerrado.

El secretario general señaló que el convenio establece un número de jornadas y de visitas al año, un cómputo que, con la modificación actual, queda «compensado».

Por su parte, el BNG exigió la apertura en agosto del pazo de Meirás y recordó que la Xunta de Galicia no tiene que asumir los gastos de seguridad, por lo que ese argumento no puede servir de coartada para impedir las visitas durante el período veraniego.