Una decena de bolardos decorados con coloridas fundas de ganchillo adorna desde hace varios días el casco antiguo de Valencia, una idea que tanto a vecinos como a comerciantes les parece «alegre» y «muy original». A través de internet el colectivo Urban Knitting asumió finalmente esta imaginativa acción encaminada -señalan sus responsables- a «buscar nuevos objetivos, decorarlos, hacerlos más bonitos, divertidos y amables».