El Museo de Cera de Madrid presentó ayer su estatua del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, una figura de 1,91 de estatura, con 250 gramos de pelo y una piel más pálida que la que suele lucir en televisión, y ante la que una activista de Femen, con el pecho descubierto, exigió "coger de las bolas al patriarcado".

La activista, en la línea de otras acciones que suele protagonizar el grupo feminista Femen, surgió entre los medios que asistían al acto en el patio del museo, en la madrileña plaza de Colón, decorado con banderas de Estados Unidos, alfombra roja y globos.

Allí, la mujer, una joven con gafas y el pelo en una coleta, se despojó de la cazadora gris que vestía y encarándose con la estatua de Donald Trump gritó "hay que coger de las bolas al patriarcado".

Vestida con unos "legging" burdeos y botas negras, la joven llevaba escrito en el pecho con letras negras "grab back" y en la espalda "grab patriarchy by the balls", frase que ha gritado en inglés y luego en español.

Mientras, el portavoz del museo, Gonzalo Presa, intentaba taparle los pechos primero con la gorra roja que lucía Trump y de la que ella le destocó, luego con la cazadora que ella había tirado al suelo y más tarde con los globos que jalonaban la alfombra roja que conducía a la escultura.

Entonces se zafó de Presa, llegó a la figura y mientras decía varias veces "grab patriarchy by the balls" cogía en varias ocasiones por la entrepierna la escultura de Trump, momento en el que otros trabajadores del museo la cogieron por los brazos y la llevaron fuera del patio por una de las escaleras.

Presa dijo posteriormente a los periodistas que le daba "mucha lástima" una "situación tan desagradable", que nunca había sucedido, y que Trump era "un presidente como otros tantos", mientras que Femen en un tuit reivindicaba la acción con el mensaje: "Femen acaba de agarrar por las pelotas a la figura de Trump en Madrid! Grab patriarchy by the balls". La figura de Trump, vestida con traje azul, camisa blanca y corbata roja y una insignia con las banderas de España y Estados Unidos, estará expuesta en la sala en la que también lo están Barack Obama, John Kennedy y Abraham Lincoln. La escultura de Obama, dijo Presa, se quedará "más tiempo" por la relevancia que tiene haber sido el primer presidente negro de Estados Unidos, aunque "lo normal" es que estas figuras se retiren una vez que concluye su mandato. La de Trump empezó a realizarse el 9 de noviembre, cuando se celebraron las elecciones que le dieron la victoria frente a Hillary Clinton, y se terminó ayer por la mañana. La figura mide 1,91 sin zapatos y dos centímetros más con ellos, luce 250 gramos de pelo natural mezcla de rubio platino y blanco, y el color de piel ha sido el resultado de mezclar varios tintes, pero es más pálido que el "anaranjado" que suele lucir.