El Tribunal de Apelación de Bruselas dio al rey emérito Alberto II tres meses para someterse a un test de ADN y comprobar si es el padre de Delphine Boël, que busca el reconocimiento como hija del que fuera jefe de Estado belga. Los jueces tomaron esta decisión tras confirmar que Jacques Boël, su padre legal, no es su progenitor biológico. De negarse a someterse al test podría reforzarse la presunción sobre su paternidad, aunque es posible que la defensa de Alberto II recurra la decisión al Tribunal de Casación de Bruselas. El escrito de los jueces "ordena" que se realice "un test genético comparando el ADN de Delphine Boël con el del rey Alberto II y Sybille de Selys Longchamps", madre biológica y amante reconocida del anterior monarca de Bélgica. Los jueces han tomado la decisión después de que expertos hayan concluido ante el tribunal que el hecho de que se excluya que Jacques Boël es el padre biológico "justifica el interés legítimo y suficiente para buscar la paternidad en otro hombre". Con esta nueva decisión, el tribunal revoca su anterior fallo en contra de pedir una prueba de paternidad del pasado mes de junio.

Boël presentó su primera demanda de paternidad a Alberto II en el año 2013.

Su existencia salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola. Alberto II nunca ha reconocido la paternidad de Delphine Boël.