La primera "Miss España" transexual quiere repetir la hazaña en el certamen de "Miss Universo". Ángela Ponce, la joven sevillana que el pasado junio hizo historia convirtiéndose en la primera persona transgénero en coronarse "Miss España", está en Bangkok (Tailandia), donde representará al país en la final de "Miss Universo", que se celebra el 17 de diciembre. Su mera presencia ya es un hito, por ser la primera trans en participar en el certamen mundial. Pero la sevillana aspira a más.

"Soy una mujer auténtica, cariñosa y soñadora. Y ése es el punto, a veces los sueños se cumplen", afirma Ponce desde el país asiático. Su participación en estos certámenes de belleza ha sido posible gracias a los cambios implementados en las bases del concurso de "Miss Universo" en 2012, cuando comenzó a permitirse la participación de mujeres transexuales.

"Estar aquí me da la posibilidad de ser voz y ésa es mi corona personal. Me permite motivar a mucha gente. Hay personas que por el simple hecho de que yo esté aquí continúan viviendo, ése es mi orgullo", declara la modelo y activista por los derechos LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales), incidiendo en la alta tasa de suicidios dentro del colectivo trans.

Ponce insiste en que siente el "enorme cariño" de gente de todo el mundo, pero también la dificultad de que muchos se crean con "derecho a opinar" sobre su vida.

"Vengo preparada psicológicamente porque he llegado a un grado de aceptación conmigo misma que hacerme daño es muy complicado", apunta con franqueza la modelo.

Aunque algunas rivales en el certamen y varios tabloides han criticado el hito de que la española sea la primera trans en participar en la gala final del concurso de belleza, Ponce no da importancia a esas apreciaciones. "Muchos de esos comentarios vienen desde el desconocimiento", rechaza la sevillana, que insiste en la diversidad de géneros que convergen en la sociedad.

Aunque reconoce que en su adolescencia estaba desorientada, la modelo destaca el apoyo de su familia para afrontar "un camino diferente". "Durante mucho tiempo no comprendía mi situación. Si yo no lograba ubicarme, imagina mis compañeros (en la escuela y el instituto). Si ellos hubieran tenido acceso a la información (que hay en la actualidad), yo no habría sufrido acoso escolar, no me habría sentido diferente o se hubiera truncado mi formación académica", rememora.

"Se ha avanzado y estamos en ello. Paso a paso se recorre el camino. El simple hecho de que yo esté en 'Miss Universo' es un avance", apunta Ponce al insistir en que el "debate generado" sobre su participación en la gran final del certamen de belleza sirve para romper el tabú sobre la transexualidad y vencer la invisibilidad del colectivo en la sociedad.

Por ello, el principal objetivo para la española no es tanto alzarse con la corona como marcar, con su participación, "un antes y un después", al sembrar en las personas una semilla con los valores de "tolerancia, respeto y amor". "Decir: aquí estoy, y si yo lo he logrado, tú también puedes", zanja la modelo, que revela que parte del vestuario que lucirá durante el concurso procede de los talleres de Lal La Buya, un colectivo melillense que emplea a mujeres en riesgo de exclusión. Un gesto que ratifica su implicación en causas sociales.