El periodista asturiano José Antonio Olivar (Lastres, 1939) falleció ayer a los 80 años de edad. Quien fuera subdirector de la revista "¡Hola!" tuvo una larga e intensa labor profesional en la que se codeó con la flor y nata de la alta sociedad y del mundo del espectáculo, siendo íntimo amigo del matrimonio Thyssen (Olivar colaboró en el libro "Yo, el barón Thyssen") y estrellas como Sophia Loren.

Olivar, autor de la letra de la canción religiosa "Con vosotros está y no le conocéis", entró en la revista reina de la prensa del corazón en 1984, y se hizo emblemática la frase del director Eduardo Sánchez Junco: "Tú, que has sido cura, ve y confiesa a esa actriz".

Y es que Olivar había ingresado a los 13 años en el Seminario de Covadonga, tras una infancia de "superviviente", pues sus padres y sus cuatro hermanos fallecieron de tuberculosis. Los estudios en el Seminario y después en el Prau Picón de Oviedo alimentaron su afición a la poesía, que escribía con pasión y que le serviría cuando, tras abandonar el sacerdocio (ejerció en Villaviciosa durante cuatro años), se dedicó al periodismo en Madrid componiendo además la letra "de más de treinta álbumes de música religiosa".

Empezó a trabajar en la agencia "Efe" hasta que recaló en "¡Hola!". "Fue algo que me cambió la vida", contó a LA NUEVA ESPAÑA en 2012. Viajó por todo el mundo e hizo buenas relaciones con famosos como Tita Cervera, que siempre dijo que "soy como un hermano suyo". A ella y a su marido, el barón Thyssen, "los conocí un invierno en Saint Moritz; cenamos lentejas cocinadas por la madre de Tita y comenzamos unas memorias para la revista". Su agenda de amistades incluía a Sophia Loren, "a la que le he llevado jamón, que le entusiasma, más que el caviar". Siguió la enfermedad de Olivia Newton John y conoció a fondo la figura de Mia Farrow. Y entrevistó a la madre de Mónica Levinsky, "a cuya madre, la que había guardado el vestido manchado por Clinton, fui a entrevistar a Nueva York, y cuando la conocí me di cuenta de quién lo había montado todo".

A Antonio Banderas también lo trató con frecuencia, "y es un tío que no ha perdido nunca la humildad ni el entusiasmo. Es un hombre de quitarse el sombrero".

"Soy un optimista y un hombre con suerte", afirmaba Olivar, "podía haber palmado como todos mis hermanos o mis padres. No pido nada y cada día es un regalo para mí. No tuve a mis padres y zapatillazos de mi abuela me caían bastantes, porque yo era muy revoltoso. Pero sales como quieres ser".