Animaron el verano del coronavirus y ahora están dispuestos a caldear la Navidad. Enrique Ponce y Paloma Cuevas se adelantaron y dieron ya la campanada meses atrás al conocerse que estaban en proceso de divorcio y que el torero se había echado novia: la veinteañera Ana Soria. El culebrón fue todo un “hit” estival y después de perder fuelle con el otoño coge ímpetu de nuevo ante unas fiestas que, a falta de celebraciones multitudinarias, habrá que disfrutar en el sofá, casi en soledad y con buena y entretenida lectura entre manos. El quiosco rosa siempre es una opción complementaria; y las andanzas del dúo Enrique y Ana y la despechada Paloma no defraudan y son un clásico universal de amor, desamor, celos y venganza en frío.

“Hola” lleva hoy a portada a Paloma, vestida de fiesta y con mirada pícara. “Mi separación de separarme de Enrique es firme”, señala. Todo llega después de que una publicación especializada en el mundo del toro oyó algo de que ella y Ponce volvían y lo cascó, sin calibrar el alcance de esa bomba informativa en el mundo del colorín que para eso su especialidad son los tendidos y los capotes. La cuestión es que el torero llevaba tiempo sin aparecer junto a Ana, lo que contribuyó a alimentar la historia de reconciliación, que ahí está, aunque desmentida (sin mucho ímpetu) por Paloma y Enrique, quien se apresuró a colgar una foto con su novia y la mascota de ambos en las redes sociales. Los tres (Enrique, Ana y el perro) aparecen junto a Paloma en otra foto en la portada de “Hola”, que destaca su “gesto serio”. Sin tantas complicaciones se divorció Mar Flores hace ya años y ahora corteja de forma intermitente con el acaudalado mexicano Elías Sacal. Hasta el Caribe ha ido a verlo y, de paso, remojarse en sus aguas cálidas. Sandra Gago y Feliciano López cuentan las horas para ver a su niño y para hacer más amena la espera se han ido al sol de Marbella. La revista inaugura los posados navideños: esta semana corre a cuenta de Jaidy Michel, quien enseña su nueva casa en Madrid junto a Rafa Márquez y su niño.

Dulce lo cuenta todo”. Es el contundente mensaje de “Lecturas”, que sigue enfrascada en el otro culebrón, otro clásico universal, pero de rencillas familiares, herencias, envidias, resentimientos y despechos. En esto último se enmarca la salida a escena de la antigua niñera de Paquirrín y Chabelita, enfrentadísima a su madre a Isabel Pantoja y dispuesta a aprovechar el tirón del clan de Cantora, la finca que el primogénito de la cantante reclama como propia al considerar que se le engañó con la herencia de su padre, el malogrado Paquirri. La niñera suelta dos cosas en portada: que Pantoja le dijo que quería “envejecer” con ella y que el torero llamaba “Sinatra” a su cuñado Agustín. Mila Ximénez tiene un “nuevo amor”, según avanzan en portada, aunque no desvelan su naturaleza. Y Toñi Moreno entrevista al eterno Raphael, cerrado en banda a que los hijos de sus hijos le llamen abuelo.

“Semana” se marca una portada de los más televisiva: Paz Padilla, que tiene un nuevo proyecto “para devolver todo el amor” que ha recibido tras quedarse viuda; Lydia Lozano celebra 60 convertida en un “fenómeno” de la pequeña pantalla; y Paquirrín inicia la guerra judicial contra su madre. Además, un siempre solícito David Bisbal presume de su hija pequeña, que cada día “está más guapa”.

En “Diez Minutos” sueltan uno de los bombazos de este quioso rosa prenavideño: Ana María Aldón y José Ortega Cano están separados. Ella se ha ido a Cádiz y él, a Madrid. En el origen estaría la decisión de ella de volver a la tele para ganar su propio dinero. En portada aparece Rafael Amargo, noticia esta semana por haber sido pillado con droga. Él se defiende. Sara Carbonero ha retomado las clases de pilates en Madrid. Y por si alguien las echaba en falta en las portadas, ahí están las Campos. La revista habla de un “rapapolvo” bastante fuerte que Alejandra Rubio, hija de Terelu, echó a su tía Carmen Borrego por reconciliarse con Jorge Javier Vázquez.