El rey Mohamed VI de Marruecos visitó este martes, en su segunda aparición después del terremoto del pasado viernes, a algunos de los heridos, mientras que la situación de los supervivientes, que viven en sus aldeas remotas al aire libres o en tiendas de campaña improvisadas, se ve amenazada por posibles precipitaciones en los próximos dos días. En su primera aparición después del seísmo, Mohamed VI presidió una reunión de trabajo el pasado sábado con responsables civiles y militares en la que ordenó desplegar un programa de emergencia para atender a las víctimas y rehabilitar los edificios dañados, y decretó tres días de luto oficial. Este martes, el monarca habló con varios heridos ingresados en el Centro Hospitalario Universitario de Marrakech, conversó con su personal sanitario e inspeccionó algunas de sus unidades, antes de donar sangre para las víctimas del terremoto que azotó las montañas del sur de esa ciudad causando 2.901 muertos y 5.530 heridos, según el último balance oficial.